Parte 19

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Los días pasaban. No echaba de menos a Yaiza. Ambos continuamos con nuestras vidas. Estuve de concierto con Laura en cuatro sitios, durante los dos fines de semana posteriores de 'romper' con la canaria. Estuvimos en Medina del Campo y Avilés un fin de semana, en acústico ambos, con Álvaro y sin Salva y sin Raúl, y en Cartagena y El Ejido, con banda. En Almería, fue en un exterior. Íbamos confiados, pensándonos que no haría frío, pero se giró viento y tuvimos que tocar abrigados. Intenté evitar a Andy las 48 horas que convivimos juntos pero fue imposible. Nos saludamos con la cabeza, fríamente, y en la furgoneta ni nos miramos. Laura ya no llevaba la muñequera y volvía a mover la mano con total normalidad. Se percató de la tensión que había con Andy y me preguntó si estaba bien en varias ocasiones. Sí, lo estaba, sólo me tocaba las narices que el padre del hijo de Yaiza fuera una persona que trabajaba conmigo. Compartí habitación con Lau, pero no cama. En ninguno de los cuatro sitios tuvimos la misma suerte que en Pamplona.

Eran las ocho de la tarde del sábado 28 de abril y en El Ejido, debíamos estar a unos 14-15 grados. El viento soplaba fuerte, de cara y era aún más incómodo. Si no tenía bastante con Andy detrás, esto ya era el colmo. ¿De quién fue la idea de tocar en una plaza? Ni idea.

-Es que no se oye - le repetía Laura a Jesús y a otro técnico referente al micrófono.

-Cambia con el de Javi, que él no lo utiliza - le gritó a lo lejos Álvaro acercándose con aguas.

Laura vino hacia mí y le di el micrófono. Lo probó y funcionó. A veces me colocan un micro pensándose que yo canto o hago coros pero es mentira. Yo no canto ni en la ducha. Nos trajeron bocadillos de jamón y de queso. Podíamos escoger. Sin hacerlo adrede, todos se piraron y quedamos Andy y yo. La persona que menos quería ver. Sentados en un par de sillas dentro de una carpa que nos habían puesto para pasar el rato, tragábamos en silencio, mirando nuestros móviles.

-¿Estás enfadado? - me preguntó.

No levanté la vista del móvil. Acabé de engullir el trozo de pan antes de contestar. 

-No - respondí con sequedad sin mirarlo.

-Oye, que el niño es tuyo, ¿Eh?

Dejé el teléfono y el bocadillo en una mesa, mirándolo.

-No, no, el niño es tuyo.

-¿Cómo?

Álvaro y Laura llegaron y nos vieron hablando. Me acerqué a él y le hice la pregunta del millón.

-¿De quién es el hijo que espera Yaiza?

Laurita lo escuchó y nos miró con una cara a lo '¿Aún este tema?'. Me ahorré de responder. Andy lo hizo por mí pero de la forma opuesta en que yo lo hubiese hecho.

-Hija, sí, las cosas se tienen que aclarar - contestó de mala manera a su expresión.

Álvaro sacó su móvil (un troncomóvil para ser exactos) del bolsillo de detrás de su pantalón. Marcó el número de Yaiza y los cuatro nos acercamos a su teléfono que no tenía altavoz.

-Prima, me tienes que aclarar un asunto muy serio. ¿De quién es el bebé?

-De Andy, ya te lo dije.

-Pues él no lo tiene entendido así. Se piensa que es de Javi.

-Uy, no, ya le puedes decir que no.

-No es necesario que se lo diga, ya te escucha. Uno y otro.

-Y la de más allá - murmuró Andy referente a Laura.

Lau no lo oyó. Yo sí y me entraron ganas de pegarle un puñetazo. ¿Acaso Laura le había hecho algo? No, rotundamente no. Si era la más inocente de todos. Yaiza tardaba en responder y su primo le mandó prisa porque teníamos que ir a cantar.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora