Parte 107

116 2 0
                                    

Regresamos a Madrid el domingo por la tarde. Continuamos con la promoción, en Murcia y Albacete donde también hicimos un par de bolos en acústico. América se acercaba a rayos luz y Laura tenía aún muchos asuntos que atender. Dos de los cuales dos imitaciones de cantantes en especiales solidarios de Miami y México. Estábamos a seis de noviembre y no había ni comenzado a ensayar. Después de mucho debatir conmigo, con Salva, con los americanos y con ella misma, escogió a Gloria Estefan para imitar en Miami y a Paloma San Basilio para llevar el sabor español a tierras mexicanas.

Teníamos la tarde libre y estuvimos en el local de ensayo. Fui su profesor particular. A las tres y media comenzamos eligiendo las canciones. Desde la Tablet del local, miramos opciones.

-Si hago Conga, la liaré – me dijo – Porque los trabalenguas y yo no nos llevamos bien y esto es de ir cagando leches.

-Con lo que te gusta correr... - bromeé – Esto te saldrá. Combinas con Mi tierra y ya lo tienes solucionado para Miami.

-Vale, te haré caso pero si la pifio, será tu culpa – me miró fijamente y asentí riéndome por debajo de la nariz – Y de Paloma San Basilio, la de Juntos.

-Demasiado visto. Mi madre dice que hagas la que llevó a Eurovisión.

-Ah, sí, La fiesta terminó.

-Esta te la he oído cantar.

-¿Dónde?

-Hace años, en una gala. Si lo buscas en Internet, está.

-Ya pero esta vez se trata de imitar, voz y movimientos, no meter de mi salsa. Que lo haré igual, ¿eh?

-Con lo fácil que hubiera sido imitarte a ti misma...

-Tampoco lo hubiera hecho bien.

Empezamos por las de Miami. Tendría que bailar. Con tanto salero latino que tiene, no le costó, aunque delante de mí no mostró muchas aptitudes. Le daba vergüenza. Mi tierra ya se la sabía. Pero Conga... El estribillo le pareció un infierno. Para aprendérselo primero lo dijo lentamente y fue aumentando la velocidad hasta conseguirlo sin equivocarse. La alegría la inundó y respiró aliviada besándome. También le faltaba el acento cubano. Se le iba al boliviano mezclado con el gallego. Una combinación muy rara y graciosa. Nos reímos mucho.

Descansamos un momento y fuimos al Starbucks que nos quedaba a pocas manzanas a buscar un café. Íbamos andando de lado hacia el local cuando un periodista y un cámara asaltaron a Laura, asustándola tremendamente.

-¿Qué opinas de la infidelidad que ha salido a la luz de David, tu ex, hacia Patricia? – le preguntó sin saludar.

Yo decidí avanzarme unos metros pero parando la oreja para saber qué le decía.

-Ah... primero de todo, buenas tardes y segundo, creo que no tengo nada a opinar.

-¿Y tú, cómo estás?

-Perfectamente y atareada. Estoy en un descanso de ensayos y me gustaría aprovecharlo, gracias.

El periodista la dejó tranquila. Ella aligeró el paso para ponerse a mi lado.

-¿Por qué te preguntan sobre estos temas?

-Para meter mierda y porque se piensan que voy a hablar – pedimos los cafés y regresamos al local sin reporteros a la vista.

A Laura, la canción de Paloma San Basilio, no le salía si yo estaba delante, así que me senté en la mesa y la observé desde un lateral. La capacidad pulmonar de mi chica es excepcional y me lo demostró ahí. Mi madre vino a visitarnos. Saludó con más efusividad a su nuera que a su propio hijo. Le hacía mucha ilusión que Lau fuera a América y sobretodo, que imitara a Paloma San Basilio, ya que le gusta mucho.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora