Laura se levantó y la seguí. Se dejó la infusión ahí encima. Cerré la puerta de su despacho cuando ambos estuvimos en el interior. Abrió un cajón de su mesa y lanzó encima de la mesa una carpeta tamaño folio de cartulina en color azul que llevaba una etiqueta blanca en la que se podía leer claramente 'Laura Montes infiel a su novio (desconocido) con un músico de su banda'. Laura me dio permiso para mirar las imágenes. No estábamos sentados. Nos separaba la mesa y la tensión que se había creado. En las fotografías se nos mostraba en actitud cariñosa la tarde del jueves anterior: besos, abrazos, paseos agarrados de la mano... vamos, lo típico de dos enamorados. Sacó la revista del mismo cajón y la abrió por la página en la que salíamos. El titular era otro, mucho menos hiriente, las fotos impresas eran más leves: sólo paseos sin ir de la mano, una foto en la terraza donde cenamos en la que solamente se veía que sonreíamos por alguna chorrada... lo contrario a las de la carpeta. En la revista no se hablaba de infidelidad ni de rumores de relación entre nosotros.
-¿Por qué lo has hecho? – pregunté.
-Para vivir esta relación como una mortal más.
-¿Lo has impedido tú?
-No – dijo sarcástica sentándose – Mi madre si te parece. Claro, y lo que me ha costado.
-¿Puedes explicármelo? Porque no entiendo nada.
-Siéntate y relajémonos los dos – hizo una pausa – Yo no conocía estas imágenes hasta que el domingo un fotógrafo me las envió y me dijo que era un buen material para vender. Yo le dije que lo denunciaría si lo hacía y quedamos en que me enseñaría las fotos. El domingo a última hora vino aquí y me las mostró. Tanto en papel como en la cámara con un artículo ya redactado donde no nos dejaba en buen lugar, ni a ti ni a mí. Se las hice borrar y me dio la copia. O sea que si yo no quiero, esto no se hace público. Porque después sí que pasarías a ser imagen pública desde la pe hasta la a pasando por la be – de tranquilidad en su tono no había ni una pizca y de dulzura, menos – Han salido las fotos que han salido porque no pude hacer más. Tú y yo de esto no nos llevamos nada porque es un reportaje robado que ha perdido valor al no haber las fotos de los besos.
-Pues si tanto te importaba llevarte una parte, no lo hubieses impedido.
Laura respiró hondo antes de cagarla al contestar. Quien la había pifiado había sido yo, no ella.
-A mí me da igual esto. Estas fotos las guardo porque sabía que tú te enterarías y vendrías a preguntarme qué eran. Yo de este reportaje no quiero saber nada.
-¿Me lo incumbes todo a mí?
-Yo no he dicho esto. He dicho que esto es como si ahora yo estuviera paseando con Álvaro y nos hicieran fotos. Si no hay rumor, no hay persecución. Si no hay persecución, no hay problema para que la prensa no se entere.
-Laura no te crees ni tú que no te preguntaran quien es tu novio y que hacías conmigo de paseo en Barcelona por mucho que el material fuerte lo tengas tú y sea confidencial. Que tienes muchos actos, ¿eh?
No me gustó discutir de ese tema con Laura y menos sabiendo que yo estaba haciendo raya del asunto y lo único que pretendía Lau con haber hecho tratos con un fotógrafo era mantener nuestro bonito romance en la intimidad y que no saltaran todas las alarmas y mucho menos con el titular de que yo no era el novio, sino el amante.
-¿Y qué? Si alguna de estas imágenes salen – señaló la carpeta – El fotógrafo sabe muy bien lo que le espera.
-¿Y te piensas que se quedará de brazos cruzados? Si la lías en algún momento, despídete del titular 'La tranquila tarde de Laura Montes durante su promoción en Barcelona'.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...