Al terminar David que se marchó a jugar de nuevo. Laura, que se había colocado estrategicamente para que la viera, me pasó el brazo por el cuello y volvimos al banco.
-Núria – la otra Laura me hizo girar la cabeza - ¿Bailas la siguiente?
-No, no.
Me iban a gastar el nombre. Todo el mundo me preguntaba. Mi padre ni se había acercado a mí. Seguía riendo con sus amiguitos. Fuimos a ver a mi abuela antes de sentarnos. Lau no estaba segura de que aguantara sin llorar, por eso me acompañó.
-Ay niña, que bonito has bailado – me dijo - ¿Tú no bailas? – le preguntó a mi colega.
-No sabría ni como ponerme – le respondió con una sonrisa.
-¿Queréis algo para beber?
Negamos y nos fuimos al banco, al fin. Nadie más nos volvió a parar. Me senté tal y como estaba antes. De espaldas al bar. No quería que mi abuela me viera.
-Yo te entiendo mucho – me dijo Laura – Porque yo también tenía una madrastra así. Puede que no tanto pero poco le faltaba. No puedes callártelo. ¿No se lo has dicho ni a tu madre?
-Mi madre sabe algún comentario que me ha hecho. No se lo quiero decir.
-¿Vas al psicólogo?
-Iba pero era por la separación de mis padres. No he vuelto en cinco años. Así es imposible seguir – una lágrima se depositó en el bajo de mi mejilla – Yo espero pasar este mes con tranquilidad.
-Este mes estoy aquí. Yo si veo algo sí que se lo diré a tu padre.
-No, no, no – le rogué.
-Nurieta, esto es grave. Tú no puedes llegar aquí y enseñarme que tienes la espalda marcada por su culpa. Decirme que te insulta y te hace sentir una mierda. Porque te quedan más de tres semanas por convivir con ella. Que te hacen un caso limitado, no nos vamos a mentir, pero Dolors no es nadie para tratarte así. No es tu madre. Su autoridad encima de ti tendría que ser la misma que tengo yo, o sea, nula.
-Bueno si tú me mandas, te haré caso.
-Ya me has entendido. Los que te tienen que obligar a algo son tu padre y tu abuela. O tu tía si ellos no están. Dolors tiene un hijo al que por lo que he visto tiene bastante descuidado – le di la razón – y si a él no lo regaña, es que es una mala madre. Porque con todo lo que hace, es para pegarle un buen rapapolvo.
-Es muy consentido. Se lo permite absolutamente todo. Se puso debajo de la litera mientras me cambiaba el año pasado y ni le dijo porque lo hacía. Yo no sé qué le he hecho a Dolors para que me haga este papel. En serio, me porto bien. Tengo carácter porque soy capricornio, mi madre es dura de pelar, lo he heredado y me reboto contra muchas cosas pero no tengo ni idea de por qué es tan cruel conmigo.
Mientras hablábamos, me iba relajando y sólo me quedaron las manos temblorosas y la voz entrecortada. Las lágrimas habían cesado. La tercera sardana seguía sonando. Dolors no bailaba. Mi padre sí. Mi madrastra se iluminó y su luz la dirigió hasta nuestro rincón.
-¿No te he dicho que bailaras? – me preguntó con mal tono.
-Tú no eres nadie para decidir por mí – le rebatí.
-Castigada sin móvil.
-Serás idiota – dijo Laura entre dientes. No la oyó.
-A saber la de mentiras que te habrá explicado – le comentó.
-Me ha contado la verdad – le contestó mi amiga con frialdad – Y a ver si la comienzas a tratar como a una persona ¿eh?
-¿Pero tú qué cuentas? – me amenazó con la mano.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...