Parte 173

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-Explico. Todo empezó en 2008. Laura, tú sabes que yo con las drogas he tenido cositas pero antes de decir nada, os juro que no he consumido ni un gramo. Como iba diciendo, en 2008 Alicia estaba en la banda. Ella iba a por todos y conmigo pasó varias noches hasta que yo me cansé. Ella no y me siguió hasta que Ágata se fue y tuve el control y la potestad para echarla. Alicia consumía como dos miembros más de la banda. Yo sólo les he conseguido la droga en varias ocasiones pero no se me ha pasado por la cabeza tomarme algo. Ayer estaba un músico, no de los nuestros, en un bar y se metió en una pelea por temas de drogas, yo me entrometí y aquí estoy. Los nuestros son Jesús y Andy. ¿Lo intuíais?

-Yo Jesús sí al principio pero después creí que era Andy.

-Yo Andy desde el primer momento.

-Pues juntos habéis acertado. Yo ya estoy harto de ellos y os paso el testigo para despedirlos. Hoy quiero que reunáis toda la banda y que habléis de lo ocurrido. Que se entreguen ellos, no los delatéis. A ver quién tiene cojones de decirlo. Los quiero fuera. Ambos tenéis contactos y sé que conseguiréis sustitutos para el verano.

Laura había aguantado las lágrimas hasta ese momento. Se pasó una mano por el pelo y apoyó los codos en sus muslos, con la cara entre manos. Me acerqué un poco a ella y le acaricié la espalda. La abracé y se apoyó en mi hombro.

-Laura... - Salva la llamaba – Laura, tranquila...

-Dios Salva, es que ¿Cómo has podido hacer esto tanto tiempo? – sollozaba – Que tienes un hijo... y una edad... ¿Por qué? Sólo esto te pregunto.

-No sé.

-¿Me tomas por tonta? Soy tu hermana pequeña pero veo que tengo más cordura que tú. ¿Cómo consigues la droga? ¿Quién te la pasa? ¿Por qué te la pasa a ti?

"Suerte que sólo tenía una pregunta..."

-Laura, tranquila que ayer iba para cortar todos estos rollos. He hecho mal y lo siento pero no quiero oír a hablar más de drogas. Llevo 38 años oyendo lo mismo. Me la pasaban, la traían del sur y yo la pasaba a Andy, Jesús y otros del gremio.

-Madre mía...

-¿Te acuerdas de los dos tipos a los que llamabas quinquis drogatas? – mi chica asintió secándose los ojos con los pulgares – Pues ellos fueron los que me metieron en esto. Me caían bien, ¿Sabes? Ya no.

-Salva, te encontré droga en el bolsillo de la chaqueta en Roquetas.

-¿Por qué no me lo decías?

-Estaba muy enfadada y me hubiese arrepentido de lo que te iba a decir. Mira, no tengo ganas de enfadarme contigo más de lo que ya estoy pero esta vez te has pasado. Ya te lo dije ayer, reza para que papá no sepa toda la verdad y para que Vanesa no se entere. Sabes que esto trascenderá y más si tengo que despedir a Andy, que este no estará callado. Quiero que se lo cuentes a papá, mintiendo, eso sí, pero lo sabrá por terceros. Vanesa es otra cuestión.

-Vanesa no está en España. Se marchó hace tres días a vivir a Londres. Te lo iba a contar pero como estabas tan seca y borde conmigo, no te lo dije. Ella no me preocupa, ya hemos hablado y hasta que no se recupere no regresará. Confía en mí, por favor... los dos...

-¿Cuesta, vale? – Laura se había calmado – Necesito que madures y hasta que eso no pase, no sabré si podré confiar al cien por cien contigo. Tengo fe en ti, siempre la he tenido y creo que saldrás adelante y que yo no tengo que enfadarme tanto pero en estos momentos, es complicado. Yo no reuniré a la banda. Serás tú quien ahora cogerás el móvil y los convocarás en la discográfica a las tres. Dirás que quieres puntualidad, que si alguien falta va a ser peor y que es un tema serio. Quiero ver como lo haces.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora