Parte 166

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Trece días. Trece días sin esa energía que desde lejos mi abuela me transmitía. Me había propuesto sonreír, avanzar, era lo que ella quería. Siempre me lo decía. 'El día que yo falte, no te estanques, camina'. Tenía que obedecerla. Ir al programa, a las promos, todo me abrumaba pero a la vez, me ayudaba y más si Javi estaba al lado. Os lo juro, David primero, no le alcanzaba ni a rayos luz. Mi chico se había convertido en mi estrella. La melodía de mi vida que no sonaba si él no estaba. Esa tarde, la tarde de 13 de marzo, había sido la primera desde que había regresado que habíamos pasado separados tantas horas. Cuando se marchó, me quedé sola, obviamente. Necesitaba airearme y fui a ver a Carmen a Móstoles, al centro social. Le alegró mucho mi visita. Estuvimos charlando y le expliqué como me sentía y el poco apoyo que notaba por parte de mi padre. Le conté que había tenido una reunión con mi hermano y con Javi. Su hijo ya le había mencionado el tema América.

-Yo quiero ir pero estoy insegura – le confesé – Vale, no estaré sola, pero está lejos y tantos meses ahí, con tanto trote, yo no sé si podré.

-Laurita, cielo, tú puedes con esto y con más. Estas inseguridades las tienes por lo que ha pasado. Tú piensa que es una gran oportunidad y que no todas las de tu gremio la tienen. Además, ya has firmado.

-No quería oír a mi hermano.

-En el fondo, lo deseas. Es un reto enorme. Vas a ser jurado de dos concursos a la vez, es importante. El eco que se darán los medios americanos será excepcional, ya lo verás.

Suspiré. Tenía razón aunque me pesara. Iría a América con Javi, que ya era un plus y conocía a gente ahí.

-Y tengo la sospecha de que marchareis dos y volveréis tres – solté una tímida carcajada – Yo no lo retiro. Hazme caso.

Me marché a las cinco y media. Hubiese ido a ver a mis amigas pero me daba pereza. Para no pensar en mi abuela, en América y en todo lo que me molestaba, fui de compras a Alcorcón, a Tres Aguas. Paseé, miré, remiré y me decanté por una camiseta, un vestido corto y para que Javi no se quejara, le compré una camiseta. Cené ahí con mi tocaya Laura, las dos solas, sin novios.

-Vamos progresando – me dijo sobre su relación – Ya no es tanto sexo y hay más amor pero es difícil. ¿Tú cuanto llevas ya?

-Siete meses.

-¿Y no te han pillado? – negué con la cabeza – Que suerte. A nosotros tampoco pero como no vivimos juntos y lo que hacemos, lo disimulamos, seguimos en secreto. El otro día, de gira, vino mi hermano, que no lo sabe aunque lo intuye y claro, si viene él, Javi duerme con el otro músico que sí lo sabe. Ambos teníamos ganas de pasar un rato juntos. Estuvimos a punto de ser pillados por él.

-Es peligroso hacerlo en los camerinos. Yo también he estado a puntito de ser descubierta muchas veces. Da morbo.

-Tienes razón – reconoció riendo.

-¿En serio tu hermano no lo sabe?

-En serio. Mi madre sí. A mi hermano algo no le cuadra porque le digo que nos deje solos a menudo, que él no importa que venga. ¿El tuyo lo sabe?

-Sí. Desde el principio. Antes ya se pensaba que a mí me hacía tilín y me preparó una encerrona para que lo confesara. El día que se lo dije, me trajo a mi sobrino que a veces me lo quedo a dormir y le dije que salía con alguien. Le pareció bien y se fue sin darme tiempo a decirle quien era – se rió – De verdad, luego se encontró a Javi en la calle y adivinó que era él.

En el programa me sentí muy a gusto. Hablar de Javi, me tranquilizó y su mensaje también. Lástima que justo debajo de su conversación me apareciera Carlos. "Hoy me he encontrado a Javi y no me ha negado ni afirmado que salgáis aunque yo creo que sí. Enhorabuena Laurita, ya tienes lo que tanto deseabas cuando estabas conmigo. Te lo digo de corazón, te lo mereces. Siento mucho lo de tu abuela. Un beso, Carlos. Te juro que no lo haré público". Javi me había dicho por Whats que se había encontrado a Carlos en la gasolinera y que habían hablado sobre mí. Por suerte, no había dicho con quién estaba. Su mensaje me dejó indiferente. Le respondí con un escueto 'gracias' del cual no obtuve contestación. Tampoco la necesitaba. Lo borré de mis contactos. Lo tenía que haber hecho hacía mucho.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora