Parte 149

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Raúl salió de clase muy puntual. No me gustó que detrás de él viniera Charo con mucha mala ostia. Ni me saludó. Tampoco lo hice yo. Fuimos a comer a casa de mi padre. Salva estaba ahí, no contaba con él. Mi viejo me miraba con mala cara mientras comíamos.

-No te dije nada pero lo de Nochebuena en el pasillo os lo podíais haber ahorrado.

-Yo también me alegro de que estés bien – ironicé - ¿Acaso te molestó?

-Hombre, soy tu padre. Un poco, ¿No crees?

-¿Te piensas qué yo sabía quién eras? Si apenas te vi.

-Me viste, no mientas. Javi más y no te dejó de meter mano.

-Porque yo tampoco lo impedí. Tú también has pasado por esta época, ¿eh?

-No se hacían estas cosas.

Me estaba poniendo histérica. Raúl flipaba y Salva estallaría en cualquier momento.

-Papá – mi hermano explotó – Lo dije por Navidad y lo vuelvo a decir ahora. ¿Laura es feliz? – tanto mi padre como Ángela asintieron – Pues ya está. Déjalos vivir. Que se meten mano en el pasillo, pues adelante, es normal. ¿Qué te molesta? Lo encuentro exagerado. Muy exagerado. Os pasáis con ella. Muchísimo porque antes también los he visto cariñosos y no me he metido con ellos. Dejadla vivir esta relación que tanto ha anhelado.

"Calla Salva, calla... que Raúl está delante y papá no tiene por qué saber que estaba enamorada de Javi estando con Carlos"

-¿Qué? – saltó Ángela – Ahora soy yo la que se ha perdido.

"Pues busca la salida"

Ángela, al principio, me caía súper bien pero al conocer a Carmen, prefiero salir una tarde con mi suegra que con la pareja de mi padre.

-¿Cómo? Yo pensaba que habíais comenzado de un día a otro y veo que no, que la cosa ya viene de lejos – mi padre añadió información a la intervención de su pareja.

-Yo no he dicho eso – apunté.

Raúl comía en silencio, observando y a saber lo que pensaba de la discusión. No era un tema adecuado para hablar delante de él.

-Además, si he esperado esta relación o no, es sólo cosa mía. Y si no aceptas eso, lo siento pero esta vez no te haré caso – finamente acusé a mi padre de fingir aceptar que estaba con Javi.

-No, no – ya habíamos terminado de comer – Yo me alegro de que estés con Javi porque es un tipo muy bien parido pero ten un poco de discreción a la hora de meterte mano en público porque algún día alguien te pillará y no serás a tiempo de esconderte.

-Bueno, yo me voy – directamente, no quería contestar - ¿Raúl, te llevo? – asintió – Tete, hablamos luego.

No me despedí ni de mi padre ni de Ángela. Llevé a Raúl al cole. Estaba con los nervios a flor de piel y explotaría si no me tranquilizaba.

-¿Qué te pasó con el tito Javi por Nochebuena? – me preguntó.

-El avi que tiene imaginaciones. ¿Tienes básquet?

-No. Nos han cambiado a los lunes y miércoles. ¿Qué harás ahora?

-Voy a ver a Marta. ¿Querrás venir luego al parque?

-¿Ahí en las bolas? – preguntó con asco.

-Sí. ¿Prefieres quedarte con el tito?

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora