-¿Sabes qué fui al conci de Chenoa al final?
-¿A cuál? ¿Al que me dijiste en Mataró?
-Sí, el de Viladecans. Mi padre no quería y a cambio tuvimos que ir a un concierto de sardanas. Pero se lo pasó muy bien al final. Mira – le enseñé un trozo de una canción y lo que ocurrió en medio de dos, el pique entre ella y uno de sus guitarristas – Me recordó a ti, habla mucho – ella asintió conforme.
-¿Con qué canción te quedaste? – salimos. Nos sentamos en las gradas. Javi, al vernos, vino hacia nosotras.
-Me encantó Donde estés y Arrested.
-¿Os hizo cantar? – asentí - ¿Te vio?
-Sí, estuvimos charlando un ratito, muy simpática. Mi padre estaba todo el camino quejándose. Empezó, quejándose de que la chiquilla que iba ahí, a hacer monólogos o a cantar, grabó como el culo y al final se lo pasó bien.
-¿Graba mal?
-Lleva mi IPhone. Le hacía un plano de la cara a Chenoa o comenzaba a mover la cámara hacia los lados y sólo ibas viendo caras hasta que Shaila le tiró el zoom para atrás y luego no sabía dónde colocar la cámara. Estábamos por la parte izquierda y esto es un vídeo de mi padre – se lo enseñé. Javi se sentó al lado de su chica y también lo miró.
-Me gusta porque sólo se ve al chico y a ti hablando por detrás. El tuyo, aun teniendo una mano chunga, está bien porque enfocas a los tres y luego te centras en si hay solos o no.
En el pabellón quedaba la profesora solamente. Vino a verme la mano. El hielo estaba casi deshecho. Lo tenía envuelto en un pañuelo de papel. La hinchazón había disminuido bastante. Por la puerta apareció Charo.
-¿Esa es, no? – preguntó Lau. Asentí.
Sin que me diera cuenta, Javi cogió el hielo del banco y lo puso en el cuello de su chica, por debajo del pañuelo. Charo se acercó y se presentó. Laura reaccionó tarde al efecto del hielo pero cuando lo hizo, le pegó un puñetazo en el brazo a su novio mientras yo le quitaba los cubitos de la espalda.
-Esta me la pagas – lo amenazó.
-Tenéis demasiadas deudas pendientes – les dije.
-Y las que no sabes.
Mi gran profesora fue a buscarles un par de cafés. En el tiempo de su ausencia, nos pusimos manos a la obra. Había un teclado ahí. De la forma en que estábamos, Javi quedaba entre ambas.
-Me voy ahí porque si tienes que estar pendiente del piano no desayunarás – me comentó Laura. Se levantó de su taburete y se puso tras de mí cogiéndome el bocadillo y alcanzándomelo a la boca.
Charo regresó con dos vasos de plástico al borde del escenario. Al ver en la posición que estábamos, sonrió. Noche de paz ya la teníamos pero a Laura le entró el antojo de que hiciera alguna más.
-Saqué esta, de oído. A ver si te suena – acabé de tragar y antes de comenzar, mordí otra vez.
En los primeros acordes, Laura ya la adivinó. Era El hombre del piano. Comenzó a cantar. Javi no se unió con la guitarra. Prefirió apartarla y levantarse para acercarse. Cogió los cafés y le pasó uno a su chica que se quedaba sin manos libres.
Javi
Núria tiene un gran oído. Lo he dicho siempre y ahí me reafirmé. Que sacara toda esa canción sin partitura era un enorme trabajo a su edad. Probé el café y sin que nadie me viera lo volví a escupir en el vaso. Estaba asqueroso. Laura terminó de cantar. Antes de que pudiera comenzar otra se acercó a mí.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomansaNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...