Javi
Pasé el domingo (día 22) con Charo. Como una auténtica pareja de novios. Día de mimos y arrumacos en la cama y en el Retiro. Una pequeña (muy pequeña) parte de mí estaba enamorado de ella. El resto, de Laura. Charo no era como Yaiza. Con Yaiza, lo que hicimos era imposible hacerlo. Hubiésemos acabado a ostias pero con Charo sí. Se hacía querer y aunque ella no notaba que mi alma amaba a otra mujer, se estaba a gusto a su lado y era pasable.
-Preséntame a tus padres – me pidió almorzando – Eres muy reservado. No me llevas a tu piso, no me hablas de tus padres...
-Tú tampoco de los tuyos.
-Porque no tengo relación con ellos. A ti se te ve que eres el niño de mimado de mamá – negué con la cabeza - ¿Algún hermano te ha arrebatado el puesto?
-Sí, uno de invisible. A mi padre no lo conocerás porque no está en España. A mi madre ya te la presentaré.
-¿Ha conocido a todas tus novias? – se estaba poniendo pesada y mi mente reaccionaba en decir alguna burrada.
-A todas, todas... no.
-¿Conoce a Laura?
-¿Por qué siempre la tienes que sacar?
-Ay no sé. Algo me dice que sí fuisteis más que amigos y que acabasteis de puta madre.
Nos levantamos de la mesa y salimos del restaurante. Me pensé metódicamente mi respuesta. Esa mujer era demasiado cabezota. No sé porque pero en ese aspecto me recordaba a mi adorada Laurita.
-A ver, te lo vuelvo a repetir por última vez y que te quede claro ya. Laura y yo sólo somos amigos. Nunca nos hemos acostado y los rumores que saltaron hace un par de años eran falsos – hablé lentamente y casi silábicamente.
-Pero habéis compartido habitación – me reprochó.
-¿Y? La crisis es la crisis. No hay más secreto. Total para dormir y despertarse el día siguiente me podrían poner a cualquiera.
Charo no estaba convencida pero no se lo volvería a decir. La cantaleta de si Laura y yo nos habíamos acostado ya era cansina. 'Qué más quisiera yo' hubiese dicho cuando me lo preguntaba pero no lo hacía. Por respeto y por no estropear lo que teníamos.
*****
El lunes fue un día extraño. Trabajo en el estudio: producción, grabación de percusiones y un café con Charo. Le dije que no podía quedarme con ella aquella noche. Sinceramente, no me apetecía. Que me sacara a Laura en la charla del día anterior, me había mosqueado. Mosqueada también estaba ella cuando le dije que me quedaba en Alcorcón.
Llegué a mi piso sobre el anochecer. Por si no lo sabéis compartía piso con un compañero de instituto: Sergio. Pero él estaba viviendo en Londres hasta ese día. Me lo encontré en casa. Después de un gran abrazo me contó todas las novedades entre pizza y cerveza. Dios, echaba de menos estar así. En seis años no habíamos hablado demasiado. Nuestros trabajos nos lo impedían.
-¿Y de chicas cómo vamos? – me preguntó - ¿Casado, soltero, ligue cada noche, papá? Bueno esto último no creo.
-Tengo pareja o algo parecido. He tenido varias chicas y ahora llevo dos meses con la actual. ¿Tú?
-Nada. He estado con tres, unas rancias y amargadas todas. Como la mujer española, ninguna.
-Yo he estado con una ucraniana, una venezolana y dos españolas. Una de Canarias y la actual es gaditana.
-Me la tienes que presentar. ¿Vendrá? – negué con la cabeza.
-¿Por qué has vuelto?
-Porque mi hermano se casa en abril o mayo y se me acabó el contrato en Londres la semana pasada. Además ya no pinto nada ahí.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
Lãng mạnNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...