Martes. Durante la mañana las cámaras anduvieron tras de Laura para captarle una simple declaración en relación a David primero y su nueva novia, hecho que evitó. Le preguntaron por nuestra relación a lo que declaró que estaba 'muy feliz' sin dar más detalles. Por la tarde, estuvimos ensayando para los conciertos en Madrid. Había nervios y sorpresas de dúos, uno de los cuales, Núria, en el segundo concierto. Fue un ensayo largo y duro porque había mucho trabajo a hacer y eran unos conciertos a lo grande y muy importantes que se grabarían, se editarían y saldrían a la venda con un doble CD + DVD con reportajes exclusivos. Los escogidos para hablar delante de las cámaras fuimos Álvaro y yo (elección de Salva). Sin que Laura nos ordenara vestuario, decidimos ir un día con parte de arriba blanca y el otro negra. A Álvaro se le escapó decirlo ahí.
-Vale, los colores están claros, ahora... ¿Camisa, camiseta o qué? – preguntó Miguel.
-Da igual – respondió Dani – lo que a ti te apetezca.
Estuvimos ensayando hasta las ocho. Mateo, Jimena, Laura y un servidor fuimos a cenar.
-Yo sigo afónica – dijo Jimena. Se había hecho un hartón de chillar en Port Aventura – Tú no.
-Sólo me faltaría eso – contestó Lau.
Después de comer fuimos al cine. Los yogurines no vieron nada de la película. Bueno, yo no me puedo quejar, que tampoco vi mucho. Los besos y las caricias con mi chica rellenaron la hora y media de esa película malísima.
-¿No crees que tendríamos que ver la peli, aunque sean dos minutos? – me preguntó Laura, susurrando – Esos se van a quejar.
Se giró hacia la parejita.
-Vale, no miran.
Los cuatro pringados que había en la sala no se percataron de la pasión desatada de la última fila. Cuando se abrieron las luces de la sala, Laura se rió. ¿Por qué? No lo sé. Ya era de noche. Se puso una chaquetita que la resguardaba de la brisa.
-¿Bonita peli, no? – preguntó Mateo.
-Sí, sí, preciosa – respondí.
Estábamos en la plaza de Callao, con dos paparazzi escondidos que captaban imágenes nuestras. Los cuatro nos reímos. Éramos conscientes de que no habíamos mirado ni un minuto. Tomamos rumbos distintos. Nosotros fuimos a pie a casa, cruzando Gran Vía, abrazando a Laura por el cuello. Los fotógrafos seguían ahí. Ya era innegable desmentir lo obvio. Porque todo el mundo ya lo sabía y porque básicamente me apetecía, la besé. Si había alguna duda, ahí las cortamos.
Llegamos a casa pasadas las doce de la noche. Laura no estaba cansada y yo menos. No nos quedamos satisfechos con lo del cine que tuvimos que continuar la retahíla de besos en privado y sin temor a ser pillados.
-Me da miedo el viernes y el sábado – me dijo tumbada con la cabeza en mi hombro.
-Irá bien.
-¿Por qué habéis decidido lo de blanco y negro?
-En teoría queríamos darte una sorpresa y que todos fuéramos igual y vieses que nos arreglamos pero a Álvaro se le ha escapado ahí en medio y mira, ya lo sabes.
-Ah, vale. ¿Mi hermano te ha elegido para hablar, no?
-Sí. ¿Lo sabías?
-Yo hice recomendaciones y tú saliste porque yo lo dije y porque Salva ya tenía en cuenta. El otro que escogí fue a Mario pero mi hermano ha preferido a Álvaro.
-¿Y qué tendré que decir?
-La verdad. Contestar a las preguntas que te daré mañana o pasado. Para que no te quedes en blanco el viernes.
ESTÁS LEYENDO
Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...