Parte 2

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Laura sacó un EP a principios de octubre de 2011. Como ocurrió en 2009, la promoción la hicimos solos. Aquel noviembre estuvimos en Barcelona. Nos marchamos la tarde anterior. En coche. Al llegar a la ciudad condal entramos en el hotel y fui a identificarnos a recepción mientras ella avisaba de la llegada a su hermano. La sorpresa vino cuando me dijeron que teníamos que compartir habitación porque el hombre que había hecho la reserva, lo había dicho así. Ese hombre era Salva, el hermano mayor de Laura. Su representante desde 2009 y desde que Ágata se fuera sin dejar huella de su paso. A mí, compartir habitación me pareció estupendo aunque fueran dos camas individuales separadas. A ella le dio un poco de corte pero se acostumbró enseguida. Llamé a Álvaro. Laura continuaba al teléfono con Salva, ahora sermoneándolo por el tema de la habitación. 

-Tío, que comparto habitación con Laura - le dije.

-¿Me tomas el pelo?

-Te juro que es verdad. 

-Pues ya estás tardando a follártela.

-Álvaro, que hace dos meses que ha dejado al novio y tengo miedo de perder la amistad.

-Sabía que eras raro pero hijo mío, gracias por darme una muestra más. Venga, disfruta de tu noche que yo disfrutaré de la mía. Si te la tiras, quiero detalles. 

-¡Ja! - Laura había colgado - No te daré muchos pero sabes que no ocurrirá nada. 

-Uy, los milagros no sólo pasan en Lourdes. Anda, nos vemos. 

Número de habitación: 312. Tercera planta y con vistas a la calle. Laura se duchó primero. Que morbo me daba imaginármela desnuda con todo el cuerpo mojado. Ojalá estuviera ahí con ella. Pero no, yo estaba a escasos metros pero separado del baño por un tabique y una puerta. Dios, se me puso dura con solo pensar en su físico.

-¡Javi! - oí que me llamaba.

¿Y ahora qué? Si me veía tal y como estaba, pensaría que estaría más salido de lo normal. Como pude y respirando hondo, recé para que no se diera cuenta. Me acerqué a la puerta del baño y di dos toques.

-Dime - respondí con nerviosismo.

-Entra, tranquilo - con recelo abrí. Iba vestida. Bueno, en pijama - ¿Me puedes traer el secador, por favor? Lo tengo encima de la cama.

Obedecí y me lo agradeció con una sonrisa. Aún no entiendo porque llevaba uno ella si en aquel baño ya había.

-Con tu permiso, me ducho - le dije.

No me desnudé delante de ella. Tuvo el detalle de salir. Aprovechó también que su hermano la llamó.

-Paso - anunció cuando vino a secarse el pelo.

Mi ducha fue más larga de lo debido pero tenía que descargar tensiones. Tener a Laura al otro lado de la cortina tampoco ayudaba mucho. Si se hubiera ido un minutito hasta hubiera podido ducharme sin nervios. Las gotas de sudor se mezclaban con el agua mientras el secador de Lau continuaba secándole la melena que tenía bastante larga y voluminosa. Cuando paré el agua me di cuenta que para coger una toalla tenía que salir de la ducha; iba desnudo y una chica encantadora estaba ahí.

-¿Quieres una toalla? - preguntó al parar el aparato.

-Sí, por favor.

Cogió la primera toalla que pilló. De las grandes. Estaba doblada. La tiró tal y como venía por encima de la cortina. Me dio en toda la cabeza y protesté con un 'Ay', de coña, claro. Una toalla no duele.

-Perdón - se disculpó saliendo del baño. Reía, lo sé.

Regresé a la habitación con la toalla enrollada por la cintura y gotas que me caían por el rostro y la espalda. Laura estaba sentada en su cama leyendo una revista de cotilleo. Se percató de mi presencia. Creo que se sorprendió y no es por fardar.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora