-¿Soy yo? – asintió sonriendo y ruborizándose – Ay que te pones colorada – le acaricié las mejillas graciosamente, besándola - ¿Por qué lo hiciste?
Se encogió de hombros y se tapó la cara con las manos girándose un poco para que no le viera el rostro enrojecido por algo de lo que no se tenía que esconder.
-Laurita... cariño... - le dije riendo - ¿Qué tienes?
Laura comenzó a reír, sin venir a cuento. No hablaba, sólo reía y yo con ella. Pasaron unos minutos hasta que nos recompusimos.
-¿Y aún lo preguntas? – me besó.
-¿Cuándo te enamoraste? – le pregunté.
-Hace... - se lo tuvo que pensar – bastante.
-¿No puedes concretar?
-¿No te gusta quedarte con la duda?
-Pues... no. Porfa...
Laura se rió tímidamente pero no dijo ni una palabra al respecto.
-Si estuve tres meses sin decirte a quien me tiraría de la banda, soy capaz de estarme otros tres sin contestarte esto.
-Tendremos que jugar a otro 'verdad o atrevimiento' para que lo digas.
-Sí, sí, eso lo dirás tú – respondió con garra.
-¿Qué te cuesta?
-Mucho.
-Laura... que hay confianza... - le pedí dulcemente con un leve mordisco en el lóbulo de la oreja. Enloquece con ese pequeño contacto.
Laura me miró a los ojos pero bajó la mirada segundos después. La timidez estaba presente en todos los rincones de su cuerpo. Le acaricié la mejilla. El enrojecimiento le causó que las tuviera hirviendo. Estuvo en silencio deseando que me cansara de esperar su respuesta pero perdió la batalla. Me intrigaba saberlo. Tanto si hacía años como meses, lo quería descubrir.
-Es que... es raro, ¿Sabes? Porque desde hace más de un año que todo ha ido a más en mí muy rápido pero claro, tú tenías pareja y yo decidí no hacer caso. Antes ya lo estaba pero ha sido muy extraño y me has gustado siempre. No sé si me entiendes.
-Te entiendo pero te acabas de explicar como un libro sin hojas.
Mostró una leve sonrisa y me hizo la misma pregunta. La abracé y me tumbé encima de ella sin hacerle daño.
-Desde el momento en que te vi supe que acabaríamos así – con mis brazos alrededor de su espalda, la besé.
-Yo también me lo imaginé – dijo en medio de un beso.
Me sonó el móvil. Un WhatsApp de Sergio. "Estás con Laura??".
-¿En serio hablas con Sergio por WhatsApp teniéndolo a escasos metros? – preguntó Laura incrédula.
-Sí, así no tenemos que movernos.
-Madre mía...
"Sí, y tu con Jenny?". Me contestó que no, que ya se había marchado. No nos habíamos ni enterado. Aparté el teléfono de mi alcance y abracé de nuevo a Lau. Le pasé una camiseta al ver que tenía la piel fría. Era la mía. No lo rechazó. Alargó el brazo para recoger su ropa interior. De golpe le había entrado frío a pleno agosto.
Se durmió primero. La estuve observando. Ni un defecto, ni un pequeño error de belleza. Nada, hecha a la perfección.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
רומנטיקהNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...