Parte 44

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Al terminar, Laura se dejó caer en una silla y respiró muy aliviada. 

-Has dejado el listón muy alto – la felicité.

-¿Pero qué te ha pasado? – le preguntó Maika nerviosamente después de darse un beso con Álvaro - ¿A qué han venido las lágrimas?

-Nada, un bajón.

-¿La ruptura?

-Que no ha sido por temas de amor. Aunque no os lo creáis pero no he llorado ninguna noche por Carlos.

-Apunta la fecha en el calendario – me mandó Maika bromeando – 6 de octubre de 2012, la señorita Laura Montes afirma no haber derramado ni una triste lágrima por el doctor Carlos Trujillo. Viniendo de ti, es casi imposible creerlo.

-Vale, no me creas.

Pidió que dejaran pasar a Núria y a Shaila para despedirnos de ellas. La mujer le preguntó a Lau lo mismo que le había preguntado Maika. Si lloraba por amor.

La parejita de novios fue a pasear bajo la luz de la luna mientras nosotros dos regresamos al hotel. Nos planteamos ir a tomar una copa pero se nos pasó la ilusión al ver a dos periodistas desde la lejanía. Núria y Shaila nos acompañaron un trozo hasta que cruzaron de calle. Lau restó callada el camino que quedaba. En la habitación, se puso un pijama de verano y se desmaquilló.

-¿Te puedo preguntar a que han venido tus lágrimas? – la miré mientras se recostaba en su cama.

-Esta canción me la cantaba mi madre a modo de nana y mira, hoy no me he podido contener. No he llorado por Carlos. Además, cuando he ido a hablar con Núria, ya me ha emocionado porque sé lo que es perder a una madre a tan corta edad y ella no tiene fe en que saldrá adelante – me preocupaba que se echara a llorar de nuevo, la vi sensible.

La madre de Laura murió a los 32 años y sabe lo mal que se pasa en estas situaciones aunque ella fuera más pequeñita cuando sufrió la primera bofetada de la vida.

-¿Y lo de la muñeca, qué?

-Tenías razón. El jueves se ve que se intentó cortar las venas pero Shaila la detuvo. Lleva la marca y por eso la lleva tapada.

Dios, se me erizó la piel al oírla. Núria parecía totalmente incapaz de hacer una cosa así. Se la veía tan frágil, tan buena niña, tan calladita y tímida, en fin, como una muñeca de cristal.

-¿Vive con ella?

-No, de momento. Su padre ha alquilado un piso más grande que la casa donde estaban hasta ahora y hace relativamente poquito que se han mudado. Shaila me ha contado que por Navidades seguramente irá a vivir ahí. Para Núria es un gran apoyo.

-Como tú.

-Ya, pero yo no estoy ahí a diario para ayudarla a levantarse. La criatura lo está pasando muy mal y no está recibiendo todo el apoyo necesario. Su familia materna está dispersa y por parte de padre sí que están ahí pero no las 24 horas. Shaila pasa bastantes noches con ellos y por eso impidió la tragedia.

-Podría haber terminado muy mal...

-Sí porque ya le asomaba sangre. De ahí, la venda. Con Álvaro y contigo, ¿muy bien, no?

-Sí, perfectamente. Álvaro ha intentado que sonriera pero casi nada.

-Yo no le deseo ningún mal a nadie pero no creo que lleguemos a noviembre sin haber enterrado a la madre de Núria.

-Posiblemente...

Miré la pantalla del móvil. Tenía mensajes insistentes de Charo. Y, con la historia de Núria, me he olvidado de contaros que me había distanciado de la profesora debido a constantes discusiones que habíamos tenido entre semana porque según ella pasaba demasiadas horas trabajando.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora