Me miró incrédula. Me cogió la cara y estirándose para llegar a mí, me besó con pasión. El beso me dejó absorto. Mi Laurita se había levantado muy guerrera y sólo rezaba porque esa guerra le durara todo el día. Nos dejamos llevar por más besos y caricias por encima de la ropa. No podíamos ir a más. Las luces del coche contiguo acababan de parpadear y un matrimonio se acercaba.
-Santa Laura a veces no es tan santa – dijo Laura cogiendo los abrigos de los asientos traseros.
-La Laura demonio tampoco está tan mal. Ya sabes a que faceta tuya me refiero – estábamos fuera del coche. Se puso colorada. Me encanta porque todavía se ruboriza con frases con segundas intenciones – Una faceta picante y enamoradiza, como todas.
Laura me golpeó el brazo colocándose el cuello de lana correctamente.
-Eres un caso perdido – afirmé.
-Por eso somos compatibles, ¿no crees? – me preguntó – Porque tampoco has encontrado solución a tu locura.
-Sí... a mí locura por ti – se rió. Le pasé el brazo por el cuello y le di un beso en una sien.
Laura me condujo hacia una cala. 'Cala Margarida'. Un paisaje para admirar. Nos sentamos en las rocas observando como la suave brisa hacía que el agua se moviera ligeramente. No había nadie. Respiramos ese ambiente marino que tanto nos gusta. Que me llevara a esos rincones me pareció fascinante. Si hubiésemos estado en el centro la hubiesen parado cada dos por tres a pedirle autógrafos y el plan de hacer turismo un poco más 'romántico' e íntimo se hubiese venido abajo. No cruzamos muchas palabras. Las miradas y las caricias eran suficientes.
-¿Quieres continuar? – me preguntó al cabo de unos minutos de silencio.
Para inmortalizar el momento nos hicimos un selfie. No pude evitar hacerle una foto mientras estaba distraída y miraba el mar. Le puse un filtro en blanco y negro y se la mandé para que la colgara en Instagram.
-¿Cómo haces estas fotos? – me miró con una sonrisa mientras regresábamos a la carretera principal – Te quedan muy bien.
-No, no, tú eres la que queda bien. Eres muy fotogénica y más cuando no te das cuenta.
Se rió y me besó. Subió la foto a Instagram y Twitter. "Buenos días! Mar, calma... Palamós esta tarde. Quien se viene??" La presidenta de su club de fans le preguntó quién le había hecho las fotografías que había colgado ese día y el anterior. Ella quiso responder y lo hizo a su manera. "Alguien... mi fotógrafo personal que ejerce sin serlo. Jeje. Besos corazón! Felices fiestas!"
Llegamos a la playa de la Fosca. Ahí sí que había algunas personas paseando. El viento se notaba más y las olas eran más fuertes. Nos dedicamos a ir fotografiando el paisaje. Lo hacemos siempre. Siempre hacemos fotos de los sitios que visitamos en las giras o en los ratos libres. Tener momentos para recordar nos importa y Lau sabe que a mí, hacer fotos me apasiona. Fuimos haciendo el camino de ronda parándonos a contemplar las vistas. Nos encontramos el camino cortado y tuvimos que bajar a la playa. Era la cala de S'Alguer, donde volvimos a sentarnos a gozar del paisaje.
-La de cosas que he hecho yo en sitios como este... - soltó de golpe.
-¿Qué? – le pregunté extrañado.
-Oye no seas malpensado – la miré fijamente – O sí, como quieras.
-¿Aquí habías estado?
-Una vez hace mucho, con mi hermano. Pero me refiero a lo que he hecho en calas de Menorca y alguna de Mallorca.
-De todo, seguro.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...