Parte 143

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Navidad. Día que Laura continuaba odiando y más con la llegada de buena mañana de sus tíos de Bolivia con su primo Miguel Ángel y el temido Gonzalo. Me desperté antes que ella pero me quedé en la cama esperando a que se desvelara. No tardó demasiado. Nos vestimos y bajamos a desayunar. Estuvimos solos. La tranquilidad se nos acabó con la llegada de Cynthia y Marco Antonio. Gonzalo también estaba presente pero Miguel Ángel no.

-Caray Laura, en un mes, que cambio de look – dijo el modelo con un rollo soberbio inoportuno – De la melena y no llevar gafas al pelo corto y llevarlas.

Laura lo fulminó de mala manera.

-No te levantes a saludar, ¿Eh? – habló su tía con frialdad.

-¿Os podéis esperar en recepción, por favor? – ni se inmutó.

Los tres emprendieron rumbo a la dirección que había ordenado mi chica. Sopló cuando nos quedamos solos. Antes de terminar, llegó Edith con Miranda. Con ellas ambos nos levantamos a saludar. Me quedé con la abuela mientras Lau iba a ver a sus tíos maternos.

-Laurita, no te alteres – le recomendó su abuela.

*

Respiré hondo. Mis tíos jamás me han tenido simpatía y menos desde que rechazo cada intento de querer juntarme con Gonzalo. Los saludé con dos besos que resultaron ser lo más helado del mundo. Javi andaba cerca con mi abuela, charlando. Los veía de refilón, desde el salón contiguo al que estábamos nosotros.

-Bueno, ¿Qué día quieres ir a cenar conmigo? – me preguntó Gonzalo.

-El 30 de febrero. Tengo novio, relación consolidada y estoy feliz.

-Laura, tienes que salir con él – suplicó mi tía – Que necesita fama aquí en España. Si tú sales con él, todo serán buenas noticias. Tú tendrías éxito en Latinoamérica y él acá.

-No – negué tajante.

Con mi tía nos enfrentamos en un duelo de 'sí' y 'no' que mi tío cortó en seco. Estábamos en un lugar público y no era necesario montar una escenita.

-Laura, tienes que salir con Gonzalo, es primordial.

-Venga ya, no os lo creéis ni vosotros. A mi chico no me lo toca nadie.

-No es necesario que se entere. Si ya ves, estabas desayunando con tu músico.

Me quedé callada. No encontré conveniente decirles que él era mi chico, el hombre que me había robado el corazón.

-¿Y qué? No tenéis que ser conocedores de mi vida. Gonzalo, hay millones de tías a las que ir a marear.

-Que salgas con él – mi tía me agarró del brazo pero me zafé.

Con la mirada busqué compasión; Javi, mi abuela, quien fuera, pero alguien me tenía que sacar de esa incómoda situación.

*

Edith y yo estábamos preocupados. La situación se estaba caldeando por momentos. Veíamos a ambas partes desde donde estábamos colocados. Al ver que Cynthia la agarraba, nos imaginamos lo peor. El grito de la mujer se oyó a lo lejos. Directamente, amenazaba a Lau con salir con Gonzalo.

-Ve ahí – me susurró Edith – y ya le estás dando un beso a tu chica – me quedé quieto – Pero muévete, rápido.

Ambos fuimos hacia ellos. Yo fui más ligero. Laura estaba desesperada. Edith me seguía de cerca y fue la que tuvo que poner paz a la discusión, posicionándose del lado de Lau. Pasé el brazo por la espalda a mi chica y le giré la cara para darle un beso en los labios que la dejó embobada. Tanto a ella como a todos los presentes.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora