El jueves por la mañana estuvimos en la playa. Por recomendación de un amigo, encontramos una cala muy tranquila cerca del hotel. Nos divertimos haciendo el tonto en el agua porque la hundía y no se dejaba. Le desabroché los tirantes del bikini.
-Me cago en ti – se aguantó el sujetador con una mano – Javi, átamelo que hay gente.
-Sí, dos parejas de guiris mayores y una familia. Ya ves, mucha gente.
Me acerqué a ella, abalanzándome sobre su espalda. Fui benevolente y le abroché la prenda acompañándolo de un beso en el cuello. Estuvimos en el agua unos minutos más. Nos sentamos en unas rocas observando el panorama.
-Son gemelos – dedujo de la familia que estaba a unos metros de nosotros – Que monos.
-Tú te enamoras de todo, ¿eh?
-Ya sabes que a mí los niños me encantan.
-Y que serás muy buena madre también lo sé – la atraje hacia mí. Se rió.
-Habrá que ponerse, ¿no? – nos miramos fijamente y con esa mirada tuvimos suficiente para adivinar lo que pensábamos el uno del otro. Queríamos un hijo y encontramos que ya era el momento.
-Que locura, ¿no? Tú y yo con un hijo.
-Pero una locura bonita.
-De eso no hay duda.
Regresamos a las toallas. Laura se tumbó de espaldas y se desató los tirantes del bikini para que no le quedaran marcas del sol. Era el verde lima.
-Ah, y ahora sí que te lo quitas, ¿eh? – la piqué.
-No me lo he quitado, sólo desabrochado. Si estuviéramos solos, quizá sí me lo quitaría del todo pero ahora no.
Me tumbé en la misma postura que ella. Giró la cabeza hacia mí. Tenía una mano a la altura de la cara. Coloqué la mía encima y se la apreté con cariño.
"Un año ya... cómo pasa el tiempo y la de cosas que han pasado en estos 12 meses. Presiento que América no irá bien pero tengo que conseguir que sí funcione y más con lo que acabamos de hablar. Yo quiero tener una niña (o niño) con Laura. La mezcla sería explosiva. Además, no sé si se acuerda de la promesa que hicimos hace un par de años. Para 2016 todavía queda. A ver si se acordará. No se lo preguntaré igualmente. Nada de presión. Toca relajarse"
A pesar de que Laura había dicho que no se quitaría toda la parte del bikini, lo hizo, apartándola a un lado. El contorno de sus pechos se divisaba perfectamente. Le pasé una mano por la espalda desnuda, masajeándosela con ternura.
-Ya que estás, échame crema, anda – me pidió.
Obedecí a su orden. Lo hice con suavidad, sin abandonar el masaje. Se relajó muchísimo.
-Voy al agua – le dije dándole un beso en el lóbulo de la oreja.
-Ahora vendré.
Ese 'ahora' se transformó en quince minutos. Aproveché para explorar por la cala hasta encontrar una gruta, un poco lejos de la orilla. La vi incorporarse y ponerse el bikini. Se acercó al agua y sin miedo, se tiró, nadando unos metros por debajo de la superficie. Al subir, se frotó los ojos. Me vio perfectamente. Se acercó con rapidez. Estuvimos unos minutos en el rincón que yo había descubierto. Pasamos el rato entre besos, risas y alguna caricia inesperada. Regresamos a la arena. Se tumbó boca arriba, yo boca abajo.
-¿Te lo quitas? – le pregunté referente al bikini.
-No – fue tajante.
Suspiró fuertemente. Me la quedé mirando. Ella a mí, no. Con las gafas de sol, miraba el cielo.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...