Pasamos el sábado en Barcelona, paseando, visitando sitios y tiendas y en el casino. Cada semana que íbamos, lo mejorábamos. Esa semana incluimos Contigo en la distancia y Como han pasado los años porque el hijo de un matrimonio que celebraba sus bodas de oro, nos la pidió ya que había invitado a sus padres a vernos. Un momento emotivo.
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El domingo, al tener libre, nos lo cogimos para nosotros. Una mañana en la Costa Brava y una tarde en el teatro de Sant Feliu. Núria tenía su gran y majestuosa obra de teatro. Ahí descubriríamos su faceta de actriz. Estábamos sentados en la quinta hilera, con Lolita y su marido. David no estaba ni tampoco era actor.
Nos hartamos de reír. Núria era muy divertida. Tenía un rol bastante protagonista. Era la secretaria del presidente ruso del año 2114. Su nombre: Valeria. Fingía acento ruso marcando profundamente las erres al hablar. La obra trataba de los tratos políticos entre países por un conflicto en una isla del Pacífico. Núria tenía salidas buenísimas.
-¡Por el amor de Putin! – gritó en una ocasión – Dimitri – nombre del presidente ruso - ¿Harás caso a la francesa que pronuncia mal mi nombre?
Reíamos con ganas. La francesa no la llamaba Valeria, sino Valerie y no pronunciaba bien las erres, así que ella se enfadaba. Bailaron, se divirtieron y levantaron al público. La rubia no era sólo la secretaria, sino la amante y la que tomaba las decisiones de su país. Salía a casi todas las escenas. En la primera, se la veía charlando con Dimitri en un despacho. Ella desesperada, exagerando todo lo que hacía. Dio un golpe en la mesa, lo arrastró de un brazo, gritó... se lo pasó bomba. La obra se desarrollaba en la sede de las Naciones Unidas. Había representante francesa, un inglés, un español castizo, un catalán (porque decían que Cataluña era independiente), un jeque árabe (vestido con túnica y turbante), los rusos y un italiano. Vi a Laura feliz, contenta del triunfo de su niña y de que ésta se desenvolviera tanto sobre los escenarios. Al terminar, con el conflicto solucionado y con un montón de represalias contra ella y Dimitri, bajó a saludarnos. Shaila, que tenía trabajo y no había asistido, se presentó.
-¿Ha ido bien? – Núria asintió contenta - ¿Os ha gustado?
-Sí, no sabía que tuvieras raíces rusas – contestó Laura - ¿Por qué todas las chicas iban con falda menos tú?
-Porque hoy no me ha dado la gana de ponerme vestido.
Núria iba con tejanos ajustados oscuros, bailarinas, una blusa floreada y un blazer blanco. Se había recogido el pelo en una cola alta. Casi toda la obra llevó una carpeta y un boli en la mano. Shaila se retiró y quedamos los tres solos. La acompañamos a buscar el guion y una chaqueta que tenía en un camerino compartido con otras chicas.
-Valeria y Victoria Catalina, el dúo maravilla – mi ironía las hizo sonreír - ¿Por qué Valeria y no otro nombre?
-Porque sonaba a ruso y me gusta.
-¿Lo elegiste tú? – preguntó Lau.
-Sí, me querían llamar otro de raro y propuse este. Aceptaron de inmediato. Es parte de mi encanto.
-Que modestia... - musitó mi chica.
Cenamos con sus padres en una cafetería del paseo. Una cena rápida y amena. Del mes y medio que hacía que había fallecido su abuela, era el día que la veía más contenta. Había reído muchísimo con la labia, la rabia y el desparpajo de Núria. De ese tema, estuvo cuchicheando con Shaila toda la cena y de camino a Girona, me habló de ello.
-Con lo tímida que es... - le dije.
-Que actúe es cosa de Shaila. Así pierde la vergüenza y si le gusta, allá ella. En el cole también está en la asignatura de teatro. No le mola la obra pero bueno, se aguanta.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...