Parte 89

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Llegó el gran día, concierto en mi tierra. La mañana estuvo correcta con entrevista en Cadena Dial cerca del mediodía. Pero la tarde avecinaba guerra. Laura llevaba unos leggins negros de esos que parecen de cuero que le marcaban bien el trasero (y eso que no tiene mucho donde agarrar), una camiseta blanca con decoración y una chaqueta. Un look rockero que tan bien le queda. Se calzó unos botines negros y una fina diadema en el pelo para que no le viniera a la cara y dar un toque aniñado al atuendo. Mi madre la ayudó a maquillarse porque en la carpa no teníamos espejos. Ella ya conocía lo ocurrido el día anterior. Hicimos una prueba de sonido con alguien de público. Todo en orden.

-Mira quien está ahí – me acerqué a ella disimuladamente como si fuera parte del espectáculo.

-Lo veo, lo veo – cometió el error de decirlo en alto y por el micro.

Álvaro también se acercó. Rodeábamos a Laura.

-¿Qué ves? – le preguntó.

Con un gesto de la cabeza, obtuvo su respuesta.

-Vamos, que la vas a liar – la banda acabó la canción y la prueba.

-Tampoco es eso. Seré cautelosa. ¿Me acompañas? – me pidió.

Asentí. Dejé la guitarra en su sitio y como dos bestias, comenzamos a saltar por los altavoces para llegar abajo. No fuera el caso que tuviéramos que dar más vuelta. Yo iba delante y la ayudé en el último altavoz que quedaba un poco alto para saltar de pie. En teoría yo 'pasaba por allá' e iba de camino a un sitio indefinido, por si los Trujillo preguntaban. No estaba toda la prole. Sólo la matriarca, una de las hijas, Fátima, con las gemelas pelirrojas que enloquecieron al ver a la 'tía Laura' y Carlos, pendiente del móvil. Laura y yo fingimos no verlos pero Teresa agarró del brazo a Lau que se soltó al instante.

-No corras tanto – le dijo. Me miró - ¿Y tú qué haces aquí?

-Trabajo aquí – contesté - ¿Te molesta que esté, Laura? – ella negó con la cabeza y una incipiente risa por debajo de la nariz. Primera vacilada y el responsable era yo. Estoy orgulloso.

-¿Y tu novio? – le espetó la suegrísima.

-No ha venido – mintió.

-¿Es él? – me volvieron a mirar.

-¿Yo? Si ya ha dicho que no ha venido. Yo tengo novia – contesté exagerando.

-¿Ah sí? Ahora me entero – me preguntó Laura aguantándose la risa – Ya me la presentarás.

-Cuenta con ello.

-A ver, dejad de hacer el tonto los dos. Laura Montes, ¿Se puede saber el porqué de tus declaraciones?

-No he hecho daño a nadie – Carlos le lanzó una mirada asesina – y no me mires así que tanto tú como yo sabemos la verdad y la has estado callando y metiéndome las culpas cuando eres tú el culpable principal – le dijo.

-Tú me dejaste – le reprochó su ex.

-Tú empezaste – replicó ella. Carlos se quedó sin respuesta - Tengo razón – chuleó.

-¿Ves esa cámara? – le preguntó Teresa. Lau asintió – Pues vigila con lo que haces esta noche. De aquí no pasa. Te quiero con mi hijo en seis meses. Necesitamos el heredero.

Laura se empezó a reír en su cara. Yo me supe contener.

-Y yo quiero que me dejéis vivir mi relación en paz y no me dejáis. Todos queremos cosas en esta vida y no las conseguimos. A mí me ha costado seis años ser feliz en el amor. ¿Qué te parece?

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora