Parte 15

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Una semana antes del concierto en Parla hubo uno en Aranda del Duero (Burgos). Laura seguía llevando el yeso. Creo que si lo hubiera llevado yo no hubiese estado tan bien cuidado como el suyo. La noche anterior a la actuación ya estábamos ahí. Compartiendo habitación me contaba que había visto una mejora en el carácter de Carlos y que se volvía a entender con Salva, después de cuatro horas de intensa charla. Me explicó el porqué de su detención.

-Superaba un poquito la tasa de alcoholemia.

-¿Pasó por el calabozo?

-No, solamente le quitaron cuatro puntos y lo dejaron libre cuando llegó mi padre.

-¿A ti no te han quitado nunca puntos?

-No pero me han multado un par de veces. Por dejarme un tíquet de la zona azul de tu pueblo diez minutos más de lo debido. Hay que ver que escrupulosos son los polis de ahí - solté una tímida carcajada. Su tono era cómico - Y por superar el límite de velocidad en una secundaria, volviendo de Alcorcón precisamente. Pero como el coche era de mi padre, me libré de pagar.

-Que comodona... acabo de descubrir que soy mejor conductor que tú.

-Eso ya lo sabía yo. No es justo que por diez minutos tenga que pagar más.

-Estás en Alcorcón. Esto es así. Además, tampoco es para tanto. A mí me pusieron dos hace tiempo y no las pagué. Nadie me ha reclamado.

-Vigila que te reclamarán por algo algún día.

-Uy sí, como soy tan delincuente - ironicé.

-No hay quien te entienda.

-Pues ya somos dos los incomprendidos.

-Será por eso que nos llevamos tan bien.

-Por eso será.

"Y porque vas más salida de lo normal y si no paras de provocarme, me dará igual Yaiza, tu novio o el Rey"

Laura se levantó de la cama. No pude evitar fijarme en su trasero. Sus leggins le marcaban esas curvas tan sexys. Volvió del baño con los pantalones de pijama puestos. También estaba para comérsela y aunque el culo no se le marcara tanto, era igual de sexy. Teníamos las camas juntas. Se dejó caer como un peso encima de la suya y suspiró. La miré con ternura mientras se tapaba. Yo seguía recostado contra el cabezal, con el móvil entre manos y una partida del Candy Crush en pausa. Me deseó buenas noches y apagó la lámpara de su costado.

El día siguiente, en el concierto nos lo pasamos bien. Iba muy guapa, con una falda negra plisada, corta, combinada con una camiseta del mismo color y una camisa tejana abierta para darle color. Unos botines y un pequeño colgante finalizaban su look. Parecíamos hermanos porque yo también iba con camisa tejana aunque ella iba mucho más estilosa. El público le preguntaba por la mano a lo que respondía que sólo había sido una caída y que no había problemas para cantar aquella noche. Lau no podía abrir la botella de agua. Intentaba desenroscar el tapón con los dientes, sin éxito.

-Dame - le susurré al ver que era capaz de romperse un diente para poder beber.

Me pasó la botella y se la abrí con un esfuerzo mínimo. La gente me aplaudió porque Laura, con cachondeo, lo ordenó. En la habitación y después de haber ido a tomar una copa con Álvaro y Jesús en un bar, estaba reventada. Tiró los tacones al aire y su cuerpo en la cama. La imité. No podíamos más.

-¿Cuándo te quitan la escayola? - le pregunté.

-El lunes.

-¿Y los análisis?

-Todo correcto. Y no, no estoy embarazada - la coletilla sonó amarga - Ya viste que mi padre se pensaba que sí.

-¿Tiene motivos?

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora