Parte 88

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Javi

El jueves de esa misma semana Laura la lió en la radio. Le preguntaron si existía la suegra ideal y ella, ni corta ni perezosa, se vino arriba.

-Sí, existe – contestó rotundamente.

-¿Quién es?

-La mía – su seguridad fue sobrenatural.

-¿Afirmas que tienes novio?

-¿Aún no te había quedado claro?

Un jaleo se formó en torno a la declaración de mi chica. No le preguntaron quién era porque Laura ya les había dicho en privado que no lo quería mencionar en público y prefería mantener la intimidad de nuestra relación.

-Pues yo soy el contrario de ti, mi ex suegra me caía como el culo – intervino Marian.

-Yo también he tenido suegras que me han caído peor y otras que me han caído mejor. Las familias de mis ex me quieren igual. Me llevo bien hasta con los que me caen mal.

-¿Cómo los sobornas? – preguntó Isma.

-Con mi simpatía – contestó con chulería.

-Debes de tener mucha para gustar tanto a una suegra.

-Y la tengo. ¿Es qué no me veis? Nunca deseo el mal a nadie. Que me declaran la guerra, tranquilo, que sólo queda en un asalto porque yo no la continuaré.

-¿También con las discusiones de pareja? Porque precisamente de eso va la siguiente consulta. Trata sobre como suavizar una pelea de pareja.

-Primero de todo, no hay que gritar. De discutir yo te podría escribir una trilogía pero siempre desde la parte hablada, sin elevar el tono de voz.

-Yo no me atrevo ni a levantarle la voz a mi mujer ni cuando le pido una toalla al salir de la ducha – dijo Isma.

-La toalla en teoría la tendrías que tener preparada – contestó Mónica.

-Se me olvida.

-Eres un caos.

-Lo sé – reconoció.

Llamé a Laura al acabar. Le supliqué que se viniera para Alcorcón, que estaba solo y quería estar con ella. No rechazó. Había recuperado su color de piel y ya no le podía llamar Morticia Adams. Para amarla ni le deshice la coleta del pelo. Me pareció muy sexy que tuviera la cara despejada. Ningún otro día había estado así porque yo se la había quitado debido a la flojera con la que estaba recogido su pelo. Pero ese día fue al contrario. Llevaba dos gomas que le apretaban fuertemente la melena y me dio pereza quitárselas.

-Hoy te lo has pasado bien, ¿eh? – le pregunté abrazándola.

-Ya... como siempre.

-Digo en la radio.

-Sí, sí, que me lo he pasado muy bien. Ya sabes que a mí me gusta ese trabajillo.

La primera pregunta que le hice a Laura le pareció otra cosa y por eso insistí. Su segunda respuesta denotó que tenía razón por su tono de voz y ella había interpretado la pregunta en un sentido diferente. Así estábamos (y estamos)... con la mente más salida de lo normal, como casi cada día.

*****

El viernes por la mañana, después pasar por su piso y de una entrevista de radio, la acompañé al colegio de Raúl a recoger los libros. Vi a Charo en las mesas de ciclo inicial. Ambos nos miramos pero ella no se acercó y yo a ella, menos. Laura no nos vio, estaba distraída firmando un papel conforme los había adquirido. Aunque mi ex estuviera en las mesas pertenecientes a otros cursos, sería la tutora de Raúl nuevamente debido a cambios de última hora. Lau cogió también un par de rollos de forro. Ya sabía lo que tocaba cuando acabáramos de almorzar. Como el concierto en Játiva se había suspendido por motivos técnicos ajenos a la banda, teníamos la tarde y la noche libres. Comimos en su casa. Una comida sencillita y rápida: ensalada y pollo a la plancha. Estábamos recogiendo y le sonó el móvil.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora