-Yo creo que los hijos vendrán antes con los mayores – o sea, nosotros, según la humilde opinión de Mario – Pero la boda con los yogurines – Mateo y Jimena.
"Obviamente que la boda será antes la suya"
-No nos olvidemos decir que los yogurines tendrán dos niños y ellos una niña, claramente. Y hasta podemos asegurar los nombres: los niños, uno como el padre y el otro como el abuelo y la niña... - era Álvaro – Es más jodido... O como la madre de Laura o a saber.
"Lo acepto pero como todavía no hay embarazo a la vista y Laura tampoco afirma o niega sus palabras, lo del nombre queda apartado"
-Sois más jóvenes pero más tradicionales, ¿no? – Mateo y Jimena asintieron – Y vosotros vais por libre.
-Como siempre han hecho – dedujo Álvaro – Bueno gente, con vuestro permiso voy a sobar que tengo un hijo vampiro que mañana reclamará mi atención en horario nocturno.
Se levantó y se marchó. Laura y yo fuimos los siguientes.
-No os canséis mucho que os esperan días de trabajo muy largos – bromeó Dani.
Lau puso los ojos en blanco y yo lo miré incrédulo. Abrazados, cruzamos el pasillo hasta nuestra habitación. Al entrar, nos besamos. Sin tan siquiera haberle quitado la camiseta, le desabroché el bikini. Era el bicolor. Nos entregamos con toda la pasión del mundo, como llevábamos haciendo más de un año.
Mi chica estaba tumbada boca abajo con la cabeza girada hacia la ventana. Su respiración iba calmándose minuto a minuto. Tenía la frente un poco sudada. Las sábanas le llegaban a la cintura. Mientras se calmaba, yo, tumbado con gran parte del cuerpo encima de ella, le iba acariciando los brazos y besándola tiernamente.
-Tu venganza ha sido más leve de lo que imaginaba – le susurré al oído.
-El azar tampoco ha querido que preguntara mucho. Porque tenía unas ganas de jugártela...
Como respuesta, incorporé la cabeza y quité las manos de sus brazos.
-Eh – protestó – Continúa que esto me pone.
Me reí y volví a tumbarme sobre ella dándole un beso en el lóbulo de la oreja.
-Anda que tú con los sueños...
-Algún día te grabaré. Ya verás cómo me nombras.
-Ya lo sé pero no lo hago tan a menudo ya. Te tengo en persona.
Laura rió. Me tumbé a su lado. Teníamos sueño y no tardamos en dormirnos. Intenté mantenerme despierto un rato para ver si me nombraba. Nada, en silencio. Una suave respiración era la que tenía y un cálido sueño, era el que poseía.
****
Pasamos el domingo por la mañana en la piscina del hotel. Por la tarde regresamos a Madrid. Laura se despidió de su padre vía mensaje y fríamente durante el trayecto hacia la capital. Minutos más tarde, un pitido me anunció que me había llegado un WhatsApp. "Cuida de Laura y no permitas que monte ningún pollo ni haga cosas de las que luego se pueda arrepentir. Quiero que me avises de su estado ya que ella no lo hará. Por favor, sólo te pido esto. Que os vaya todo muy bien". Era Eduardo. Le contesté con un emoticono del pulgar hacia arriba. Él me dijo 'gracias' y terminamos la conversación. No se lo expliqué a Lau. Ni en ese momento que estaba dormida ni cuando se despertó.
Cenamos en casa de Álvaro y Maika con Carol, Marta, Dani, Mateo, Jimena, Mario y Olga. El pequeño Dylan era un llorón. Al principio no, estaba calladito, pero hacia las diez comenzó a reclamar la atención de sus padres. La sobremesa se alargó hasta la madrugada.
-Laura, ¿Me acompañas a cambiarlo? – escuché que le preguntaba Maika a mi chica.
Ella se levantó. Marta también. Las tres se marcharon a la habitación con el pequeño. Carol no fue con ellas, hablaba con Dani y estaba distraída.
*
-Esto de ser madre es muy duro – confesó Maika – Laura piénsatelo bien antes de tener un hijo porque es permanente.
-Maika, eso es porque llevas quince días – comentó Marta – Ya verás cómo se te pasa.
Lo cambiaba bien a pesar de sus quejas. Yo me senté en los pies de la cama y mi amiga se quedó de pie apoyada en la pared.
-Cada tres horas se despierta y Álvaro no se levanta.
Yo lo tenía entendido al revés, que era ella la que no se levantaba pero preferí callar porque no sabía a quién creer y no era mi problema. Mejor no cagarla.
-Es normal – dijo Marta – Es pequeño. A Christian le cuesta dormir bien todavía. Alexander y Luca no, ellos con menos de un mes ya dormían ocho horas de tirón.
-Que ánimos... yo te lo repito, Laura, piénsalo bien y estate preparada.
-¿Estás embarazada? – preguntó la tercera.
-¿Qué? No, ¿Por?
-Porque hace un segundo te acabas de tocar un pecho y has hecho una mueca como de dolor.
-Me tiene que bajar la regla, nada más. Me va a costar quedarme.
-O cuando menos te lo esperas te vendrá.
Me encogí de hombros. Regresamos a la reunión.
-Vaya con Carol, ¿no? – me susurró Marta al oído. Asentí con la cabeza.
Carol llevaba toda la cena hablando animadamente con Dani. Suerte que siempre decía que no era su estilo, que no le gustaba, que le parecía un cínico. Me senté al lado de Javi, donde llevaba toda la cena. El piso de Maika y Álvaro era una planta baja con terraza, donde realizamos la comida.
-Me están matando los mosquitos – me dijo Javi sin que nadie lo escuchara.
-Tranqui, no eres el único, yo estoy igual.
Nos quedamos hasta la una, cuando regresamos a casa despidiéndonos de todos. Ya no los veríamos seguramente hasta diciembre.
Nos íbamos, nos alejábamos de la vida madrileña que habíamos forjado a base de música, risas, amor, problemas, familia y amigos. Teníamos que abandonar España, vivir en otro país, en otro continente prácticamente, convivir con gente distinta, con unos costumbres y una comida diferente a la que tenemos aquí. Miami nos esperaba como agua de mayo. ¿Sabíamos complacerlo? ¿Decepcionaríamos a toda la multitud que confiaba en nosotros? ¿Llegaríamos siendo más de los que habíamos abandonado Madrid?
Si conocer las respuestas a estas preguntas, entrad en la segunda parte. Ahí encontraréis la continuación, el giro de nuestras vidas.
Segunda parte ya disponible en mi perfil!!!!
Gracias!!! Nos vemos en 'Tu amor a un acorde de guitarra (segunda parte)
Besos!!!!
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...