A las tres y media de esa misma tarde llegué al chalé de Marta, en Pinto. Habíamos quedado las cuatro amigas para una jornada de piscina. Los niños de la anfitriona y el de Carol también estuvieron aunque ellos estaban más pendientes de jugar en el agua que de nosotras. Nos instalamos en las hamacas.
-Tía – soltó Carol – Veo que la revista no miente y estás ideal. ¿Te has puesto pecho y no nos lo has dicho?
-¿Qué? No, claro que no.
-Es push-up – aclaró Maika – Este te lo debe haber escogido Javi...
-Sí – dije riendo.
-¿Y qué tal por Menorca? – preguntó Marta - ¿Buenas vacaciones?
Mi amiga estaba echando crema a uno de sus hijos, Alexander. Llevaba sola desde enero y estaba bastante rehecha.
-Fabulosas. En mi vida había gozado tanto de la isla. Tuve un par de experiencias picantes que repetiría seguro.
-Cuenta, cuenta – se interesaron.
-No, nada, en la playa, de noche, ya sabéis...
Armaron un jaleo tremendo haciendo que los críos nos miraran un instante.
-¿En la arena? ¿O en el agua?
-Agua y un poco de arena. En una cala. Fue maravilloso.
-Estás más enamorada de lo que imaginaba... - Marta meneó la cabeza de lado a lado soltando esta frase.
-¿Y... no innovas? – susurró Carol - ¿Juguetitos o algo así?
-Ay no – le espeté.
-A ver, vamos a ser claros – Maika tenía que ser – De las cuatro eres la que más moja, porque si no lo haces cada día, lo haces cada dos y no te atreves ni a rozarte. ¿Cómo se entiende?
-Hay chicos que involuntariamente te cogen de la mano para que te toques tú sola – apuntó Marta – Yo no insinúo nada...
-Cuando esto pasa, ya hago yo lo debido apartarla – respondí.
La experiencia de Sam me marcó y como ellas no lo saben, no entienden que me cueste hacer todas las cosas de las que hablamos. Que podría cambiar, sí, que me apetece, no.
-¿Cuándo te vas?
-Mañana por el mediodía, a la una, y a las diez tengo que cantar.
-A ver como pasas cinco días sin mojar.
-Pues pasándolos, Maika, pasándolos. Si estuve seis meses sin echar un polvo, puedo estar cinco días.
Cambiamos a hablar de ellas. Ya estaba harta de hablar de mí. Bastante había contado.
****
El martes presentamos el álbum por la mañana, a las diez. Fue un acústico en la que me atreví a posar con ella. Ojo, que eso no ocurre a menudo. No fue una mala experiencia. La prensa no nos atacó a preguntas. Además, la puntualidad era lo más necesario porque el avión de Laura salía a la una. Cantamos sin Álvaro. Un corto acústico bastante bueno. Raúl y yo acompañamos a los hermanos al aeropuerto. Lau sudaba, sin subir al avión.
Por la tarde estuvimos en una piscina municipal de Móstoles con mi madre. Eso de hacer de tío me agotó pero me divertí y olvidé que echaba de menos a Laura. Y pensar que tenía que estar sin ella hasta el domingo por la mañana.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...