-¿Ha parido? – preguntó Laura.
-Que va, sólo ha dilatado tres centímetros – contestó Trini.
Me senté entre Mateo y Lau.
-¿Qué ha pasado con los nombres? – le susurré al chaval.
-Las abuelas que no paran de pelearse por ello y han borrado todos excepto Dylan por expreso deseo de Maika.
Estuvimos unos minutos en silencio. Minutos en los que Jimena se durmió apoyada en su novio y Laura se recostó en mí para hacer lo mismo. Estiró las piernas en las dos sillas que quedaban libres a su lado y la abracé por la cintura. Las madres estaban enfrente.
-Se llamará Alfonso, como su abuelo – comenzó Trini.
-Mariano, como mi padre – contraatacó Pilar.
-A ver – se metió Lau. La que faltaba... - Que decidan los padres, ¿no?
-Si tienen el gusto al culo. Nombres de lo más profanos. ¿Aarón, Lucas? Bueno este aún, aunque no me convence – habló la madre de Álvaro – No hemos borrado Dylan de milagro.
"Ya estamos con el tema religioso. Pero si Lucas era el de los evangelios y Aarón también me suena a bíblico"
-Vaya, me siento halagada – ironizó mi chica.
-Ya me extrañaba a mí que Maika hubiese eliminado el nombre que tú dijiste.
La discusión entre consuegras volvió a sus andadas. Laura lo grabó todo en un audio de voz que envió a Álvaro. Él nos contestó con un audio en el que hablaba Maika.
-Mamá, suegra, las únicas personas que pueden decidir el nombre del niño son Álvaro y Adrián, ¿Queda claro? Vuestras opciones están más que descartadas – se la notaba desesperada – Así que a callar.
Se lo dejamos escuchar y obedecieron. Álvaro apareció en la sala de espera.
-Laura, sustitúyeme. Voy a por un café y a tomar el aire.
-¿Yo? – saltó Laura incorporándose.
Álvaro se puso de cuclillas delante de nosotros para que Trini y Pilar no lo escucharan.
-Sí, tú, por favor, no quiero que mi madre o mi suegra entren. Maika está histérica y yo no la aguanto. Por favor... - suplicó.
-Vale, voy – Lau se levantó y yo detrás de ella, por petición de Álvaro, para que lo acompañara a buscar un café – Tráeme uno – me pidió.
En el pasillo adoptamos caminos distintos. Álvaro y yo fuimos en busca de una máquina de cafés.
-Se te avecina una noche larga... - le dije.
-Ya, ya. Tío, iros a casa, en serio, estáis cansados, venís de cantar y necesitáis descansar.
-Que decida Laura.
-¿Cómo os ha ido?
-Bien, hemos tirado adelante con lo que ya teníamos exceptuando algún cambio de repertorio.
Salimos al exterior con los cafés en la mano. Nos sentamos en un bordillo a respirar aire puro.
*
Di dos suaves toques a la puerta de la habitación de Maika. Nadie contestó así que abrí. Mi amiga estaba en la cama, monitorizada y abanicándose.
-Laura, quiero la epidural – me pidió desesperada.
-¿Qué? Eso díselo a la enfermera.
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomantizmNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...