Parte 31

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El sol se estaba escondiendo pero nosotras continuamos haciendo que brillara hablando del amor y del desamor.

-David primero dentro de una semana será padre, si le preguntan por mí, que es casi nunca, dice que todo está correcto igual que si a mí me preguntan por él, más a menudo. A David le debes explicaciones, no te lo voy a negar, pero tal y como lo he visto yo, no creo que él esté tan enamorado de ti como te hace creer.

"Laura, cariño mío de mi vida y de mi corazón. A ti te quedan horas para cumplir 32 años, yo tengo 13. Son 19 años los que nos separan. Tú has vivido más fracasos que yo y no es plan de que me desanimes tanto"

-¿Cómo tardas tanto en desenamorarte de alguien?

-Depende de la mella que hayan dejado en tu vida. Para mí David fue algo muy bonito mientras duró. Tres años, de los mejores de mi vida, pero las cosas se torcieron y perdoné una infidelidad, dos no. Además yo también me equivoqué y le fui infiel, con su hermano – yo estaba flipando – Tardé porque fue una persona muy importante en mi día a día. De los otros, he tardado menos. De Alan, poquísimo. Lo dejé oficialmente en septiembre y en diciembre ya tenía a Carlos.

-¿Y te enamoras de ellos totalmente?

-Ah... no. Como tenía a David presente pues me costaba. Ahora está Javi y también es complicado. Soy tan ingenua que he estado seis años pensando en que lo podría recuperar cuando era mentira.

-Pues yo voy por el mismo camino. Porque si no me espabilo perderé la amistad con uno y la relación con el otro.

-No, no, no, no. Tú lo que tienes que hacer es mirar hacia adelante. Y si sigues al lado de David, como amigo, él verá que no podéis ir a más. Con Pau, tú tira. Lo que será, será bienvenido y sino, otro amor vendrá. Que te quedan muchos años aún.

Me veía reflejada en ella. No sé de qué modo pero veía algo en Laura que me recordaba a mí o viceversa. Puede que fuera mi David parecido a Javi o una cosa por el estilo. Ni idea pero era un malestar bastante incómodo.

-Además, yo estoy con Carlos porque espero un milagro. Estoy a gusto con él pero sé que eso no va a durar mucho. El príncipe azul tarda en llegar. Yo sigo buscando el mío.

-Yo creo que lo tienes cerquita.

-¿Cómo? – preguntó perpleja - ¿Lo dices por Javi? No, no.

-Tía, no te aclaras ni a la de tres. Primero dices que si Javi no sé qué, que si Javi no sé cuánto y ahora dices que no lo ves de príncipe azul. Yo pienso que él es el adecuado. Ya te lo dije. Acabareis con un hijo.

Negaba con la cabeza.

-Bueno tú tómame por loca. Mañana cumples 32, esta edad no la tendrás toda tu vida.

Laura estaba de acuerdo conmigo en bastantes cosas. Le molestaba que yo tuviera razón. Su orgullo no le permitía reconocerlo.

-En mi gremio hay cuatro grupos: las casadas, las que tienen hijos sin casarse, las que no se sabe si les va la carne o el pescado y las compuestas y sin novio o mejor dicho, las que cambiamos a menudo. Yo soy de este grupo y estoy feliz.

-Sí, pero me vienen a la mente cantantes de esas y son mayores que tú. Tú estás en una edad muy buena para formar una familia.

-¿Por qué me sacas el tema de los hijos? No quiero hijos ahora. No quiero tener un hijo con Carlos y que encima sea niño y se tenga que llamar igual que su padre.

-Nadie te obliga a ponerle ese nombre.

La conversación se estaba yendo por los cerros de Úbeda. Empezamos hablando de mí y acabamos hablando de sus desamores. 

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora