Parte 155

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Sevilla. Eran las nueve de la mañana cuando nos encontramos con Carmen en Atocha. Ella sería mi acompañante para los dos días de promoción en la capital andaluza. Tenía que grabar Menuda noche, una sesión de fotos, rato libre y entrevistas. El tema de conversación en el tren fueron los niños.

-De la banda, ¿Quién tiene hijos? – preguntó mi suegra.

-Dani, Mario, Andy, mi hermano y... - dudaba en si decirle Álvaro.

-¿Y? – me incitó a seguir.

-Álvaro.

-¿El melenas? ¿Con Maika?

-Bueno, no. Digamos que se enteró ayer que tenía un crío.

-Virgen santa – se alarmó - ¿Quién es la madre?

-Una ex que no le dijo que estaba embarazada. No sé más de la historia – no le mentía del todo pero hasta que no tuviera más información yo no quería decir nada de ese tema. Javi ya tenía la tarea de informarme sobre el avance del matrimonio.

Con mi chico charlé al llegar. Eran las once y media y tenía una hora hasta entrar en un plató. Le pregunté por Álvaro y Maika. "Le ha dicho lo del embarazo??". Javi tardó en escribir. "No sé. Él no estaba muy contento antes. Ahora se ha ido. Pregúntaselo a Maika". Para suavizar el hecho de que quizá yo había notado ese comentario un poco brusco, puso un corazón. Es su forma para no mostrarse borde ya que vía WhatsApp las emociones son más difíciles de expresar. Le pregunté a Maika sobre el tema cuando llegamos al hotel. Compartí habitación con mi suegra. Estaba inspeccionando el baño. "Se lo has dicho??". Maika me respondió que no, que estaba muy enfadada para hablarle de un tema tan delicado.

-Laura – me llamó mi suegra - ¿Tú te quedas todas las miniaturas de los hoteles? Es para quedarme algunas.

-Coge, coge, tranquila – llamé a Maika - ¿Tú eres tonta? – le hablé flojo – Que yo he cumplido.

-Lo tuyo era más fácil.

-Maika, que si pasan muchos días, eso se nota, lo mío no.

-¿Por qué hablas susurrado?

-No estoy sola.

-¿La suegra?

-Sí, eso mismo así que hazlo corto. Se lo tienes que decir. Ya sé que estás que lo matarías pero es importante. Lo habéis hecho entre los dos.

-Hija mía, que poética te has levantado hoy.

-No, poética precisamente no estoy pero artificial no es – veía a Carmen mirarme con cara de incomprensión – Tú, que no tengo tiempo. Hablamos luego. Díselo el sábado.

-Trabajáis.

-Pues vienes. Es su cumple, le hará ilusión. Chao – colgué.

Mi suegra estaba mirando su móvil. Lo tenía un poco más lejos de lo habitual porque no llevaba gafas de cerca.

-¿Qué significa esto? – me preguntó referente a una notificación de alarma de lluvia.

-Que llueve a pocos kilómetros – asintió y fuimos a la entrevista.

A los que me preguntaban por Carmen, respondía con sinceridad, que era mi suegra. No me dio vergüenza presentarla como la madre de mi chico, al revés, me encantó. Uno de los presentadores, con el que siempre hemos tenido buen rollo, en privado bromeó conmigo con que llevaba primero a la suegra que al novio.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora