Parte 194

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En Villagarcía nos ocurrió algo muy curioso. En el hotel, a dos pasos de la playa, nos pusieron en habitaciones de tres a todos. A nosotros nos enchufaron a Álvaro al que metimos en la cama individual. Si él decía que la vida de Laura era digna de telenovela, la exageración que usó para hablarnos de su futura paternidad también lo era.

"El creador de 'Montes y campos' confesando que no se ve como padre de un bebé, bien, Álvaro, bien..."

-Yo te veo yendo al rescate – dije a Laura.

-Ya, ya, por tu parte, Álvaro, y por la de Maika.

Nos costó pillar el sueño por culpa del tercero en discordia y sus estrepitosos ronquidos.

-Ahora comprendo a Mateo – me susurró Laura – Y a Maika.

La abracé y se apoyó en mi hombro. Por culpa de Álvaro, ambos tuvimos que dormir tapados. Yo con camiseta y Laura con pijama de verano.

-Pero en Holanda no recuerdo que estuviera así.

-Dormíamos arriba y estábamos tan cansados al final del día que nos sobábamos. Y roncaba, mucho.

-¿No te da morbo?

-A ver, morbo, morbo, no porque me imagino como está colocado, ahora, que uno rapidito en el baño no me vendría mal para coger el sueño.

-¿Y aquí?

-No podemos hacer ruido que si está despierto y nos oye, mañana seremos la comidilla.

Sin embargo, la mano de Laura ya estaba deslizándose hacia abajo.

-Oye – le mordí el lóbulo de la oreja – Si tú puedes, yo también, ¿eh?

Nos tapamos completamente. Lo que se dice llegar hasta el final, no, pero de tocar y manosear, tuvimos nuestra ración. Cuando nos dormimos ya era bien entrada la madrugada.

Nos despertamos temprano y fuimos a correr aunque al final acabamos paseando por la playa. Era lunes y el concierto era acústico. El único que se quedó con nosotros tres era Jorge. Actuábamos en Cangas de Onís (Asturias).

-¡Álvaro, arriba! – yo estaba en la ducha y escuché como Laura despertaba al dormilón - ¡Va!

Al salir, ya estaba en pie. Lau se apoderó del baño.

-¿Es lenta? – preguntó cuándo nos quedamos solos en la habitación.

-No mucho. Ya verás cómo en 20 minutos sale vestida.

Lo cumplió, en ese tiempo estuvo arreglada enfrente de nosotros. Bajamos a desayunar mientras Álvaro se duchaba. Jorge ya lo había hecho.

-¿Tú crees que será buen padre? – le pregunté.

-Será mejor padre él que Maika madre.

-¿Por?

-Por mucho que les haga ilusión el niño, Maika jamás ha tenido simpatía a las criaturas. Que no compra décimos de Navidad para no escuchar los niños de San Ildefonso – me reí – No te rías, lo odia.

-Bueno, pero las personas cambian y yo la he visto bastante feliz estos últimos meses.

-Claro, a ti no te dirá que se ve fea, que tiene antojos rarísimos, que Álvaro no la cuida lo suficiente...

-¿Qué? ¿Álvaro no la cuida?

-Lo justo. Ya lo conoces. Álvaro no es como tú.

-Me lo tomaré como un piropo – nos reímos ligeramente.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora