Tu amor, a un acorde de guitarra

Parte 26

Eran las once de la mañana. Tenía tiempo.  El lugar era un riachuelo que había detrás de la escuela de la calle de abajo. Al llegar ahí, le dije si quería bajar al arroyo o no. Dijo que sí. Primero lo hice yo para que viera como se hacía. Me senté en el suelo de tierra y salté. Ella me imitó y estuvo a punto de perder el equilibrio pero se supo aguantar por si sola aun yendo en chanclas.

-Es aquí. Justo aquí.

-Estoy de acuerdo contigo. Esto no es romántico, pero es tranquilo.

-Ya.

Nos sentamos en el suelo. No la vi en ningún momento haciendo cara de tener miedo a mancharse de arena y tierra. Estábamos incomunicadas. Se había olvidado el móvil en su casa y yo no llevaba el mío. Le pregunté por su "juego".

-Yo tengo novio, ya lo debes saber – asentí – pero hay algo con él que no me acaba de cuadrar. Me gusta aunque no es mi estilo del todo. Odio a su familia.

-¿Por?

-Son tres, él y dos hermanas. Cada hermana tiene hijos, niñas, una dos, y la otra tres y está embarazada de un niño que tiene que nacer ya.

-¿La de la comunión esa?

-Sí. Ésa la más mayor. Odio esas criaturitas. Son muy repelentes. Odio a la sirvienta, a mi suegra y a todos en general. La suegra creo que me quiere matar porque no me puede manipular como a sus hijas. Solamente por eso, desearía no estar con Carlos.

-Pues déjalo.

-No puedo. Lo quiero y me parece que estoy un poco enamorada. Y el otro... es Javi, mi guitarrista – no me sorprendió, me lo temía – y me siento muy atraída por él.

-¿Cuánto hace que lo conoces?

-Pues precisamente hoy hace cinco años que me lo asignaron. Y noto algo especial desde hace unos meses. Noviembre o así. Antes ya lo encontraba guapo y conmigo siempre se ha comportado estupendamente, como Pau contigo: amistad, risas y mimos. En marzo, tenía una novia que estaba con otro de la banda y me cabreé con él porque cuando supo que la chica estaba embarazada del otro, no le importó lo más mínimo. Me confesó que estaba enamorado de una chica que estaba fuera de sus posibilidades. Solamente ver sus ojos, supe que era yo. Y Álvaro, que es el guitarrista dos, no me negó ni afirmó que fuera yo. No he cambiado la actitud respecto a él pero nuestra relación es bastante íntima.

-¿Os habéis acostado? – pregunté maravillada.

-No, poco nos ha faltado. Hemos compartido habitación muchas veces, cama incluso pero no pasamos de aquí. Desde el primer momento hubo conexión y casi no tiene defectos.

-Como mola. Hacéis muy buena pareja. ¿La madre te cae bien?

-Ay, encantada con ella. Soy la hija que siempre quiso y nunca tuvo. Me quiere de nuera y yo la quiero de suegra.

-Vete con Javi.

-Ahí va el problema. Tiene novia. La tutora de mi sobrino. Se llama Charo y es gaditana.

-¿Se llama Charo? – pregunté boquiabierta. Asintió y se extrañó al verme tan sorprendida – Como mi profe de castellano. ¿Y estás... celosa por decirlo de alguna manera?

-Bueno... él me dijo que no era la chica que esperaba pero que estaba bien. A mí Charo no me convence. Sé que esconde alguna información que a Javi le puede hacer dudar y a mí me tiene que llegar.

-¿Estás investigando sobre la amiga especial de tu guitarrista?

"Que tremenda, por dios".

Asintió lentamente echándose un mechón que le caía por la frente para atrás.