Fui a la discográfica. Por el camino me calmé. Laura estaba en su despacho, revisando unos folios. Entré a verla. Nos besamos tiernamente. Me preguntó por la quedada a lo que respondí que había ido mal pero que habíamos quedado en cenar y que ella iba en el pack. Lo aprobó con naturalidad. La entrevista se realizaría en esa oficina, cutre, pero quedó bien. Almorzamos en casa y por la tarde estuvimos grabando en los estudios de la discográfica. La propuesta era versión acústica de Amor a dos bandas, Rozando las estrellas y Volar en inglés. En dos horas lo tuvimos listo. Sentados de lado en dos taburetes, nos mirábamos de reojo y no la cagamos.
Regresamos a casa para acabar de arreglarnos. No era plan de ir de gala pero queríamos dar buena impresión. Laura iba maquillada porque al haber grabado vídeos se había puesto sombra de ojos y colorete. Sencilla, nunca quiere pintarse en exceso. Para cenar no varió la tradición. Se repasó la raya y ni se retocó los labios. Los llevaba perfectos. Ella iba perfecta, como siempre. Suerte que no iba tan apretada como el día anterior.
-Yo te digo que no irá bien – le dije mientras se peinaba.
-No empieces...
-No, no. Avisada estás.
-Calla y déjame conducir.
-No sabes dónde vas.
-Verdad... conduce tú mejor.
Fue ver a la pareja de mi padre y sorprenderme. Era más joven que Laura. La cara de mi chica se volvió un poema.
-Creo que te tendré que dar la razón – me dijo al oído.
Resultado de la cena: desastroso. Pocas palabras, Laura y yo sin comunicación con ellos, tensión, malas vibraciones, la novia cubana demasiado tonta, Lau deseando marcharse y yo más.
-Te vienes conmigo a la radio, fijo – dijo entre dientes – Como colaborador. Ya hace días que me dicen que vayas conmigo a hablar, sin música ni nada, hoy, ya nos tocará cantar pero vente por favor.
-Perfecto.
-¿Qué os pasa? – nos preguntó la cubana.
-Nada – suspiró mi amor – Lo hago para sacarte de aquí, ¿eh?
-Ya, ya.
Vamos si nos libramos. A las diez y media ya estábamos de camino a la emisora, hablando del mal rato que habíamos pasado.
-¿Ahora lo entiendes, no? – le pregunté.
-Sí, lo pillo.
Desde enero que no iba a ese programa. La locura había aumentado considerablemente. Nos animamos bastante después de ese desastre.
-Al fin me haces caso – le dijo Isma al verme.
El programa comenzó con buen pie. Laura y yo colaboramos bastante.
-Las latinas sois duras – le dijo Isra a Laura al comparar tipos de hombres y mujeres por nacionalidad.
-Vaya si son duras – me salió del alma. Recibí una colleja de Lau.
-No somos duras, somos mujeres con carácter y mala ostia.
-Mucha mala ostia – apunté yo.
-Pero bueno, ¿Qué te he hecho yo?
-Nada, nada, digo la verdad. Te conozco desde hace muchos años, Laurita, y sé cuando estás de mala ostia.
-Ya que te metes con ella – Amador se posicionó a favor de Laura – Que ella comente, ¿Cómo son los madrileños?
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Tu amor, a un acorde de guitarra
RomanceNos conocimos en 2007, un día común de julio... Mi nombre es Javi Álvarez. En 2007 me dieron el mejor trabajo del mundo, ser guitarrista de una cantante conocida mundialmente: Laura Montes. Me enamoré de ella perdidamente pero parecía que solo era...