Parte 47

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Estuvimos trabajando duro hasta el sábado. Por el mediodía terminamos. Teníamos la tarde y el domingo libres. Álvaro estaba muy nervioso porque vería a Maika y sobretodo, le pediría matrimonio. Laura le arregló el cuello de la camisa y el pelo. Álvaro es el típico rockero melenudo. Se lo recogió en una coleta baja y se arregló para la ocasión. Verlo con camisa de gala y americana me resultaba rarísimo. Acostumbrado a sus camisetas y a que las ocasiones que lleva camisa son con dejadez, se me hacía extraño. Maika llegó hacia las seis. Dani, Mario, Jesús y Andy se habían ido a tomar una cerveza y Salva estaba solo en algún rincón de la ciudad. Laura y yo éramos los que nos habíamos quedado con él para calmarle los nervios. Cuando se marcharon, nos tumbamos en nuestras camas pero no en la posición habitual (cabeza en la pared, o sea, vertical) sino horizontalmente y con las piernas colgando por el espacio vacío, aunque yo las tenía apoyadas en el escalón. Laura tiró sus zapatos al suelo.

-Da envidia verlos tan felices – suspiró.

-Álvaro ha tenido suerte de que se la presentaras. Sino sería un caso perdido.

-Antes lo era. Ahora ya ves... quedamos pocos fracasados en el grupo. Mi hermano se ha rendido y va a chica por noche, Mario y Dani llevan tropecientos mil años casados, a Jesús le va todo, Álvaro casi prometido, Andy a punto de ser padre...

-Y tú y yo los fracasados. Pero lo llevamos con orgullo.

-Fracasados forever – chocamos los cinco y nos fuimos a pasear.

Al regresar nos encontramos llamadas de Salva en nuestros móviles. Laura lo telefoneó y su hermano la sermoneó porque no había respondido al teléfono.

-Se pensaba que nos habíamos acostado.

-Están pesados, ¿eh?

-Mucho.

Salva, Dani y Mario vinieron a cenar con nosotros al apartotel y nos preguntaron si queríamos ir de fiesta. Esa semana no iríamos pero prometimos ir el sábado siguiente. Ellos sí fueron. Maika y Álvaro no aparecieron en toda la noche.

-Bueno, definitivamente se han comprometido – anunció Laura después de recibir un mensaje de Maika.

-Pensaba que no se atrevería.

-Yo tampoco estaba convencida de que lo hiciera. Mañana preguntamos.

-No haces buena cara.

-Tengo fiebre desde esta mañana.

-¿Ahora lo dices? Pero si has estado todo el día activa.

-Llego a decir que me encuentro mal y me mandáis a descansar. Además, mañana ya no haré nada y así el lunes estaré bien.

Miramos una peli con la Tablet de su hermano. Laura se dormía por momentos apoyando su cabeza en mi hombro. Le pasé la mano por la frente. Estaba bastante caliente (la frente, ¿eh?). La ayudé a tumbarse y bajé para ir a dejar el aparato a la cama de Salva. Escuché barullo por afuera. Eran Dani y Mario. Iban bastante sobrios.

-Shh... - les hice callar.

-¿Qué pasa?

-Que Laura duerme. No se encuentra bien.

-Oh, qué bonito. Y tú la has estado cuidando. Tío, tíratela ya – me dijo Dani – Se nota de tres horas lejos que os queréis. Además, ya sabemos que estás soltero. ¿Qué más quieres?

-Nada – respondí secamente - ¿Sabéis algo de Salva, Jesús y Andy?

-Ni idea de donde están. Bueno, vamos a dormir. Buenas noches.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora