Parte 68

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Lunes. Me desperté a las siete y media. Sergio aún dormía. Le envié un WhatsApp de buenos días a Laura. Me contestó veinte minutos después diciendo que a las nueve estaría en la discográfica y que me echaba de menos. Me duché y me vestí. Sergio continuaba durmiendo. No lo desperté. Fui a la panadería a comprar desayuno. Cruasanes, también para Laura, porque sabía que los de Alcorcón le gustaban especialmente. Al llegar a Madrid, paré en un Starbucks a buscar dos cafés. Subí por el ascensor de la discográfica y tuve el detalle de tocar a la puerta del despacho de mi chica. No fuera el caso que estuviera en ropa interior aunque ahí dentro, lo dudo.

-Adelante – dijo.

Al ver que era yo con comida, se le iluminó el rostro. Se levantó y me besó sentándose en una de las sillas que quedaban para los 'visitantes'.

-¿Qué haces? – le pregunté.

-Contestar las preguntas del mediodía de la radio.

-¿Y eso?

-Ah, mira, les apetece saber lo que diré. Pero hay cosas que no sé qué decir.

Mientras desayunábamos, acabamos de responder las preguntitas. Eran bastante rebuscadas.

-Yo esto lo contestaría cuando hubieses sacado disco, no ahora – dije al ver que le preguntaban que sensaciones le estaba dando el disco nuevo – No tiene mucho sentido mirado desde este punto.

-Por eso no puedo responder, porque no sé qué decir. Que está en ITunes sin salir a la venda, lo sé, pero no tengo ni idea del éxito de ahí.

-¿Y no has pensado en mirarlo y que por eso está en las preguntas?

-¿Sabes algo?

-Tú hazme caso.

Me levanté y me senté enfrente del ordenador. Yo sí sabía que era número 1 en ITunes pero no se lo quise decir para que se llevara la sorpresa. Entré en la página y miré las listas. No estaba ni en el mercado y ya era número 1, como su single, que llevaba todo el verano manteniéndose en lo más alto de las listas.

-Ven, míralo tú misma – se sentó en mi regazo.

Se tapó la boca con las manos. No se lo creía. Le di un beso en el hombro. Laura no hablaba. Sólo observaba la pantalla sin parpadear, moverse ni decir una palabra. Le sacudí el brazo levemente.

-No puede ser... - murmuró muy flojo – No es verdad...

-Planeta Tierra llamando a Laura.

Se dignó a parpadear dentro de la perplejidad que sufría.

-Madre mía, que soy número uno – reaccionó abanicándose con las manos.

-Estás llorando – la piqué. Se levantó y me miró – Estás llorando.

-No estoy llorando – se secó los ojos con rapidez. Me levanté también y la abracé – Que estoy arriba del todo. Que esto no me ocurría desde hacía cuatro años – estaba eufórica - ¿Está Salva?

-Él ya lo debe saber y no, no está.

Laura suspiró y se tiró el pelo para atrás. Seguía un poco emocionada aunque lo quisiera negar. Respiró hondo.

-El mérito no es sólo mío – dijo sonriendo.

-Gran parte, sí.

-La banda ha colaborado mucho, sobretodo tú.

La besé tiernamente con su cara entre mis manos. Alguien abrió la puerta. Era Álvaro. Carraspeó y nos separamos.

-Siento interrumpir – dijo – ¡Eres número uno en ITunes! – elevó el tono de voz.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora