Parte 72

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Me adelanté al despertador. Me levanté y quise sorprender a Laura. Preparé el desayuno y se lo llevé a la cama. ¿Cuánto hacía que yo no hacía estas cosas? Años. Desde antes de conocerla. La desperté con besos y muy dulcemente. Se sorprendió del gesto que tuve. La acompañé a su piso. Yo ya tenía las cosas preparadas para ir a Benidorm. Ella no había ni empezado. Hacer la maleta es algo tan habitual en nosotros que en un tiempo récord lo tenemos hecho. Además, sólo estaríamos una noche fuera y no nos teníamos que llevar muchos objetos.

-¿Te has llevado bañador? – me preguntó con el bikini en la mano.

-Sí, por si acaso.

-¿Cuál prefieres? – me enseñó dos. Uno era el de Denia. El otro blanco con rayas azules, muy marinero. Escogí el segundo. No se lo había visto puesto aún.

Se cambió de ropa. Se puso shorts tejanos y una blusa de tirantes con botones, en negro. Tiene un cuerpo muy bonito para mostrar y cuando puede, lo hace. Fuimos a la discográfica a por Álvaro. Salva no estaba. Nos recogían allí.

-Caray, por fin os veo llegar juntos – dijo con alegría.

-Cosas que pasan – contestó Laura.

Nos reunimos con toda la banda. Nadie se percató de la relación que había entre nosotros durante el camino porque lo supimos disimular.

En Benidorm llegamos hacia las dos. Almorzamos y Laura y yo nos fuimos a una corta entrevista de radio. El resto se quedó en la piscina del hotel. Al regresar, estaban todos allí. Subimos a la habitación a cambiarnos.

-Abróchamelo por favor – me pidió Laura aguantándose los tirantes del bikini con una mano.

-¿Tú crees? – le pregunté pícaro - ¿Tienes ganas de bajar?

-Un poco. Tengo ganas de mojarme.

-Esto ha sonado fatal – le dijo obedeciendo. Se rió - ¿Así va bien?

El bikini era de banda y le quedaba muy bien aunque no le resaltaba mucho el pecho. Asintió girándose y besándome. Nos vestimos y bajamos a la piscina.

-Tres horas para poneros un bañador – dijo Mario – Esta juventud de hoy en día...

Laura y yo sonreímos. Dejó la toalla en una hamaca y yo lo hice en la misma. Nos metimos en el agua. Álvaro, Mario y Jesús se abalanzaron encima de ella y la sumergieron. Laura se escabulló buceando hasta donde estaba yo. Por debajo del agua noté sus manos en mis piernas y subiendo lentamente. El aire se le terminó y no pudo hacer nada porque tuvo que salir a la superficie.

-Sí que tienes aire mujer – le dijo Jesús.

Laura arqueó las cejas y se volvió a hundir para colocarse el pelo correctamente.

-Va, poneros en posición de foto – nos anunció Dani desde el bordillo.

Mario se agachó delante de mí, Jesús y Álvaro a sus lados y Laura montada a caballito encima de mí. La colgó en Twitter e Instagram. Si fuera del agua Laura ya era una pluma, dentro aún más. La tiré para atrás después de la foto y me miró sorprendida. Mateo saltó al agua de bomba. La piscina estaba bastante vacía de gente y los que había eran ancianos franceses que ocupaban el extremo opuesto al nuestro.

-¿Ganas de guerra? – me preguntó Laurita.

-Un poquito.

Hundió la cabeza y yo con ella porque me empujó hacia abajo. Nadamos hacia más al centro y cogimos aire de nuevo. Le di un pico por debajo del agua. Inesperado.

-¿Te ha gustado, eh? – le pregunté flojito al ver que Dani se tiraba a nuestra vera.

Asintió sonriendo. Dani se interpuso entre nosotros.

Tu amor, a un acorde de guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora