5 Inverso

487 54 76
                                    

El gran Armando Mendoza ¿Suspirando por una mujer? Pero que cosa, Armando Mendoza el presidente de Ecomoda, jamás había suspirado por alguien, tal vez, solo tal vez por Marcela en sus primeros días o meses de salir y establecer una relación, pero de ahí, jamás. Conocemos a Mendoza y no es el tipo mejor portado de Bogotá.

Se sintió extraño, de lo que acababa de ocurrir en su pecho.

¿Suspirar por una actriz? Si que debes estar mal Armandito.- Pensó para si mismo.

La visita de la gran Ana María Orozco había ocurrido hace una semana y Armando no podía evitar, darle una vuelta al asunto más de una vez por día.

-Hermano.- Entro Mario a presidencia y se dejó caer en el sofá con gracia, reclinadose al respaldo.

-¿Que sucede Mario?- Armando dejo unos papeles sobre el escritorio y alzó la vista, estaba un poco exasperado, pronto sería una nueva colección.

-Nada, nada galán. Si no está de ánimo no le digo nada.- Sonrió de manera pícara observando la reacción de Armando.

-¡Ay ya! No me venga con eso hermano, ¿Que sucede? - Se levantó del escritorio y fue a por un whisky.

-Bueno, bueno ya que insiste querido presidente.- Se burló y acomodo en el sofá, Armando puso los ojos en blanco y le dió un sorbo al licor.- ¡Adivine quien va ir al desfile de la colección! - Alzó los brazos divertido de ver la reacción de su gran amigo.

-Y-yo no lo sé Mario.- Aclaró la garganta y se escudó en otro sorbo.

-¡Adivine hombre!- Replicó Mario caminando hacía él.

-¡Pues no soy adivino, carajo! - Expreso con una molestia, tapando su sonrojo.

-¡Bueno, bueno ya! ¡Vaya histérico! - Mario se paró detrás de él y poniendo un brazo en sus hombros.- Ana, me acaba de confirmar Catalina.- Lo miró y sonrió esperando el suceso.

-¿A-ana? ¿Cuál Ana? - Como si no hubiera dado vueltas a mi recuerdo de su rostro.

-¡Gracioso! Ana María ¡La actriz! No me diga que no se acuerda de ella.- Se burló de él y volvió al sofá.

-Ah, ella.- Se volvió a aclarar la garganta.- Si, si me acuerdo de ella, por supuesto que me acuerdo... ¿A qué dice que va? - Su cabeza daba vueltas de las posibilidades de poder volver a hablar con ella.

-¿Que le pasa hoy? ¿Pues a que más? Armando ¿Está seguro de que está bien? - Lo miró directamente a los ojos y Armando cayó.- ¡Ahhhh! Ya veo.- Sonrió y le dió un codazo.

-¡Ya ve que! ¡Ya ve que!- Exclamó.

-Veo que... a usted le gusta esa mujer y no me diga que no porque lo conozco Armando.- Carcajeo.

-Usted habla puras bobadas, ¡déjeme en paz!- Le lanzó una mirada fulminante antes de darle la espalda y cerrar los ojos con fuerza, no podía engañar a su único y no tan el mejor, amigo.

-¡Ay hermano! ¡Le gusta! Sabe que en cierto modo me alegro, creí que le pedirías una cita a Hugito.- Se burló con fuerza golpeando el sofá.

-Que gracioso es usted ¿No? Bueno ya, tengo muchas cosas mucho más importantes que hacer, que estar aquí discutiendo con usted.- Se sentó en su escritorio y tomo los papeles que ya tenía anteriormente.

-Si, si claro señor presidente, como pensar en esa mamasota de actriz.- Mario salió apresuradamente antes de que Armando lo reprendiera.

Y ahí estaba de nuevo, ese suspiro. Vería a Ana de nuevo y no sé permitiría arruinarlo.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora