Hacía bastante frío en el lugar, la pijama que traía puesta no era lo suficiente para el invierno en este enorme campo.
Cerré los ojos y trate de idealizar algún recuerdo, algo lindo, feliz tal vez.
Mi cama en los domingos era más suave y más tibia que el resto de los días, o eso creía debido a que era un día predilecto para dormir más tarde, bajar de mi habitación con ropa de dormir aún y encontrar a mis padres en la cocina bailando con alguna canción de Jazz o Blues, se amaban.
Mi hermana se uniría a nosotros momentos más tarde, todos reíamos, el sol entraba por la ventana de la cocina iluminado la miel sobre los panqueques y el jugo de naranja en la jarra de cristal, un domingo normal en la vida de los Orozco.
Supongo que hoy era domingo, pero nada era como esos domingos, no había comida, no había calidez, ni siquiera había una cama. Mi padre estaba en otro lugar, lejos de bailar con mi madre, ella estaba a espaldas de mi hermana, nos juntamos como animales buscando calor...
No sé cuánto tiempo paso cuando la puerta se abrió de golpe y la voz rasposa de los que entraron nos hicieron levantar con el miedo constante desde que llegamos aquí.
Éramos todas mujeres jóvenes y mayores, los ancianos desaparecieron primero.
—Shh, shh.— Mi madre arrullaba tratando de calmar nuestros nervios.
Aún recuerdo cuando esto pasó, no tiene mucho, no sé exactamente cuánto, la noción del tiempo aquí es nula. Comenzaron separando a la gente primero, a punta de armas, gritos y empujones, unos de un lado y los otros del otro lado del muro... creíamos que eso sería todo, una vida alejados de los demás como animales infectados o algo peor, pero no... comenzamos a morir sin razón, fuimos asesinados por un odio irracional, posteriormente fuimos encerrados aquí, nos despojaron de nuestras pertenencias, de nuestra ropa, de nuestro hogar.
Llevamos exactamente una semana aquí y esto va más allá de mis propios límites, no puedo más...
Hemos visto a papá esporádicamente, tan solo a través de unas rejas, unos segundos y se ve 'bien', no está golpeado y está entero. Las .uneres siempre están en una enorme bodega separando cosas de la ropa de las víctimas, sabemos nuestro destino y a veces es demasiado abrumador, en algún momento otras mujeres quitarán las pertenencias de nuestra ropa ...
La hora de la comida era crucial, solo nos alimentaban una vez al día, un plato de alguna leguminosa y un pedazo de pan que por suerte no estaría demasiado duro o mohoso.
Mamá insistía en darnos su pedazo de pan a mi hermana y a mí, pero no rechazabamos, sus costillas comenzaban a marcarse en su piel blanca, los pómulos más marcados, sus ojos se hundía en las cuencas y se tambaleaba más de una vez al día, señal de desnutrición.
—Solo tómalo y cómetelo.— Su tono de voz era con mucha urgencia marcada.
Mi hermana y yo la miramos y negamos lentamente con la cabeza.
—Todas debemos comer, para poder salir de aquí.— Murmuró mi hermana, mi madre rió entre dientes y las lágrimas se deslizaron.
—Nunca saldremos de aquí... nunca.— Sus voz se apagó y mi hermana me tomó de la mano, la verdad es que yo tampoco creía que saldríamos de aquí.
Cómo dije, el tiempo aquí volaba y una mala noche, las sirenas y las luces se encendieron, desperté de golpe y me senté sobre el piso frío,mi hermana hizo lo mismo y se tallo los ojos, volteé mi cuerpo para despertar a mamá pero ella no estaba...
—¿Ana? ¿Dónde está mamá? — Mi hermana me sacudió con urgencia.
—Yo-yo no lo sé.— Alcé la vista, todas se habían levantado de su lugar y se arremolinaban en la ventana, así que hice lo mismo.
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One Shot's los que guste y mande.
FanfictionSon historias cortas, variadas de cualquier categoría. Ninguna tiene continuación u orden en específico. A darnos vuelo.