109 Culpa.

176 20 19
                                    

—No puedes culparte por eso.— Contestó Martínez después de oír toda la historia detrás.

—¿Por qué no? Yo lo deje solo cuando él más lo necesitaba, no debí hacerlo...—Bajó la mirada.— Tal vez si lo hubiera escuchado esto no hubiera pasado...— Martínez pudo ver como las lágrimas escapaban de sus ojos.

—Esta hecho, no te agobies con lo que pudo o no ser... —Sonrío tratando de consolarla.

—Jamás creí que llegará a tango- es decir - tenía problemas con todos pero...— Se detuvo.

—¿Puedes hablarme de esas relaciones?— Betty asintió limpiando su nariz con un pañuelo.

—Bueno, Hugo nunca toleró a Armando y el sentimiento era mutuo, estaban en constante riña con comentarios poco favorables, la relación era mala, con los Valencia... bueno, como sabe son accionistas de la empresa y antes de que Armando asumiera la presidencia había un concurso que impuso Roberto Mendoza, el mismo Roberto había votado por Daniel... Armando no lo tomó del todo bien, siempre peleaban cada que se veían y Daniel siempre decía que fracasaría y buscaba la forma de hacerlo tropezar... usted conoce la relación con Marcela Valencia— Suspiró reclinandose en su asiento.— Y con el último de los Valencia, bueno la relación era nula, simplemente lo exasperaba.— Finalizó pensativa.

Martínez tomó nota de cada una de las declaraciones de Betty, de todo el asunto de la infidelidad, lo de Terramoda, Ecomoda y sobre todo, toda la carga que el presidente Mendoza había recibido dutente todo este tiempo.

—Como ya le dije su padre no era el mejor de todos... y todo empeoró aún más el día de la junta... Antes de que me fuera.— Betty tomó su rostro entre sus manos y comenzó a llorar profundamente.

El conocimiento de los actos pasados la hizo llorar aún más, ella estaba ahí entre todos esos que se les quitó la vida, que Armando había decidido que no podían estar más ahí... ¿Habría podido detenerlo? ¿Ella había podido ser un cadáver más?

—Lamento mucho hacerla pasar por esto.— Comentó Martinez amablemente, sacando a Betty de sus pensamientos.

—Esta bien, quiero ayudar.— Sonrió.—¿Cree que aún sea posible verlo?— Preguntó.

—Lamentablemente no, ya que sigue en proceso de confesión... pero el juicio será pronto y- tal vez quiera verlo ahí.— Betty asinto.— Muchas gracias por venir.— Ambas mujeres se levantaron de la mesa y salieron de la habitación.

—No es nada. Dele mis saludos.— Sonrió y se fué.

Hasta ahora tenía bastante información que podía ayudar con la reducción de la condena de su cliente, si bien no podía retirar las huellas del arma así como la sangre de las víctimas de su ropa, podía darle algo de crédito con la presión y depresión que el presidente Mendoza sentía en esos momentos, todo se había asentado pesadamente en la cabeza de Mendoza haciéndolo perder la cabeza y la prueva estaba en que él mismo no recordaba lo que había hecho, su cerebro había decidido que era demasiado para él...

Se frotó el rostro con cansancio, el próximo interrogatorio era en exactamente dos horas y no había dormido lo suficiente elaborando la defensa.
Finalmente el último pensamiento que quedó fué el arma, el arma estaba en su escritorio lo que apuntaba a que fuera un asesinato premeditado, pero después de oír todo lo que dijo Beatriz... no creía que Armando quisiera usar el arma contra ellos, si no contra él.

Cuántas veces no había estudiado de esto en la escuela, los hombres que son vulnerables por lo múltiples rechazos de sus padres o de su círculo social que terminaba en esto... si, en la escuela era fácil tenía un margen de error, pero ahora, Martínez sabía que no podía equivocarse.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora