47 Espectro.

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-Lamento no haberte dicho.- Dijo Christine con pena a su nieto que estaba sentado frente a ella.

-Intentabas protegerme, sigues viéndome como un niño y no lo soy.- No la miraba, solo veía la gente pasar en la ventana.-Eso me molesta.- Arrugó su frente.

-Jorge... ¿Que va ser de ti si te quedas solo? ¿Quien te va a cuidar? - Dijo con cuidado y la preocupación grabada en su rostro.

-Soy un adulto capaz de cuidarme solo.- Sacudió la cabeza y se rascó la nuca exasperado.- Te-ngo a la abogada, si tanto te preocupa.- Christine se dió cuenta que hablar de ella lo calmaba considerablemente, pero aún así había algo de lo que debía hablar y es que Ana tampoco estaría para siempre, no podía simplemente adjudicar este 'problema' a ella, no tenía ninguna responsabilidad.

-Ella no va estar ahí siempre Jorge, necesita hacer su vida en algún momento.- Jorge giró la cabeza en su dirección pero sin mirarla aún.- No puede estar contigo.- Dudó en decirlo pero ya era tarde, lo había dicho.

-¿Porqué no? ¿Porqué no puede estar conmigo? ¿Es porqué tengo está condición? ¡Porqué! - Jorge cerró los ojos tratando de calmarse.

Antes de que pudiera tratar de arreglar lo que había hecho Jorge salió del hospital disparado hacía su casa, al entrar ahí cogió la nota arrugada que estaba sobre el refrigerador, estaba el número de Ana ahí y marcó sin recibir una repuesta, lo hizo una y otra vez, pero nunca contestó su llamado.

Jorge sintió una profunda sensación de caída, está sobre el suelo de su casa pero sentía que todo se sacudía, la mente confusa e incapaz de resolver sus emociones lo llevo a irse de su casa y vagar por la calle, tratando de encontrar la paz. Nunca había pensado en su condición como un impedimento para muchas cosas, académicas o profesionales, pero sabía que su lado social no era su fuerte, reconocía con retardó que muchas veces la gente hacia comentarios sobre él solo para burlarse y lo detestaba. Ana sin pensar se había vuelto una persona de confianza y de importancia en su vida, pero no sabía cómo expresarlo, podía ser la persona más sincera pero frente a ella se volvía más estúpido y las palabras se cortaban ¿Que era esto? Jorge no lo sabía, le molestaba pensar que ella no estaría ahí para él, conocía el egoísmo pero no le importaba, la quería a ella, la quería cerca, la necesitaba ahí.

El día de hoy tenía un caso bastante importante, mi cliente era un hombre que sufrió una accidente causado por el demandado en un estado alcoholizado. En la corte estaba bastante nerviosa, no era mi primer caso pero si el más importante hasta ahora, debía esforzarme para poder ganarlo y darle a mi cliente la justicia que se merece.

La defensa del demandado alegaba que mi cliente como peatón había sido imprudente a la hora de cruzar una calle bastante concurrida, posiblemente sea cierto, muchos lo hemos sido más de una vez, pero era una declaraciones nula contra el hecho de que el que estaba intoxicado no era mi cliente, y que de echo lo habían detenido momentos después del accidente y encarcelado después de no pasar la prueba del alcoholímetro.

Así que victoriosa salí del tribunal con una enorme sonrisa, todo había salido bien, cárcel para responsable además de una indemnización por los daños causados.

Saque mi celular, puesto que lo había apagado para no ser interrumpida en la sala, tenía cientos de mensajes de Christine y varias llamadas perdidas, además de otras de Jorge, regrese las llamadas a Jorge pero no contestó, me monte al auto y llegué al hospital, me dejaron pasar y ahí estaba Christine.

-¿Que sucedió? ¿Está todo bien? Lo lamento tanto estaba con el juez.- Dije apresuradamente.

-Es Jorge, salió de aquí molesto y no sé a dónde fue.- Los ojos de Christiane se llenaron de lágrimas.- Él no puede anda por ahí ¡Solo! - La tomé de las manos.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora