46 Daddy

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️🔞Advertencia contenido explícito, lea bajo su responssabilidad. 🔞

Había pasado una semana desde que me acosté con mi jefe... si, eso fué lo que pasó y no habíamos hablado al respecto lo cual hacía que me sintiera mal ¿Fuí solo eso? ¿Una noche tan solo? Las ideas de ese momento me atormentanban las 24 horas del día, no podía sacarlo de mis sistema... me había rendido ante los brazos de mi jefe y este momento éramos como antes, algo así.

Tenía un sonrisa cada que me veía y una actitud de 'jefe' como si nada hubiese pasado, el día de hoy se había ido antes de que yo llegará dejando una nota en el refrigerador.

"Candelaria ya desayunó, llegaré más tarde hoy Ana. Gracias"

Arruge la nota y la arrojé al suelo.

—¿Estás enojada con mi papito?— Cande levantó el papel del suelo.

—Oh no amor, ¿Que quieres hacer hoy?— La cargué.

—¡Veamos la era de hielo!— Sonrió y alzó los brazos.

—Por supuesto.— La besé en la frente y la llevé hacía el sofá.

Resulta que la era de hielo es genial, y no solo hay una película sino cinco, pero la uno es la mejor.

Dejé a Candelaria ver la dos ella sola mientras yo preparaba la comida y un postre, arreglé todo en la película cuatro para poder irme en cuanto Jorge llegará y no ver su estúpido y sensual rostro. ¡Porqué tuve que acostarme con él!

Dijo que llegaría más tarde, pero no sé qué taan tarde, dieron las seis y aún no llegaba así que cene con Cande, comimos postre juntas y la llevé a qué se cepillará los dientes.

Estábamos en el baño cuando la puerta sonó y Cande saltó de su banco.

—¡Llegó papá!— Corrió fuera del baño. Diablos.

Salí del baño para ver la tierna escena de Jorge arrodillado con Cande colgada de su cuello.

—Buenas noches señor Abello, me alegra que haya llegado.— Frunció el ceño cuando me miró.

—Buenas noches Ana. Creí que ya habíamos hablado en qué solo debes decirme Jorge.— Sonrió... este hombre es una debilidad muy grande, debo salir de aquí.

—Jorge. Tengo que irme.— Me acerqué a la pequeña.— Nos vemos mañana Cande.— Besé su frente.

—¿Ya te irás?— Cande hizo un puchero.

—Si nena, tengo que, pero mañana estaré aquí ¿Lo olvidas?— Sacudí su cabello y Cande sonrió.

—¡Bien! — Beso mis mejillas.

—Ana, antes de que te vayas necesito hablar contigo. Iré a arropar a Candelaria y vuelvo contigo.— No podía leer su expresión así que solo asentí y esperé a que regresará por los diez largos minutos.

Estaba parada cerca de la puerta para huír de aquí cuando escuché sus pasos, me miró con una sonrisa juguetona en sus labios, los nervios me estaban traicionado.

—¿Te ibas a ir sin despedirte, cariño?— Oh no. Su voz, es increíble como el tono puede mandar una ola de placer y este hombre lo sabe.

—Y-yo no iba a irme...— Se acercó a mí y tomó mi barbilla, besándome suavemente a lo que no respondí inmediatamente.

—¿Que sucede? ¿Hice algo mal?— Se apartó y me miró preocupado.

Debería decirle lo confundida que me tiene ¿Cierto? No sé qué somos o si somos algo y no quiero malinterpretar todo y ¡Ah!

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora