Con dos pequeños a mis cuidados y costillas no había tiempo para estar triste, lo que de alguna forma estaba acabando conmigo.
—No ha tenido un tiempo de duelo como es debido.— Refutó Calderón empujando el folder sobre mi escritorio que me negaba a ver.
—No hay tiempo para eso Calderón, no hay tiempo para lágrimas, no hay tiempo para lamentarme... ¡No hay tiempo para que usted sienta lastima por mi!— Azote mis manos sobre el escritorio.
—No lo es y lo sabe Armando, usted es mi amigo y lo conozco por eso sé que usted no está bien, que necesita tiempo.— Contestó sutilmente.
—Tengo hijos Calderón, dos pequeños que todo lo que tienen es a mí...— Tragué saliva.— No voy a dejarlos solos por como- por como me siento.— Miré hacía a otro lado, tragando el nudo en mi garganta.— Estoy bien.— Contesté rápido.
—No lo esta Armando.— Calderón bufó, levantándose de la silla.— Está en irá.— Fruncí mis cejas ante su comentario.
—¿Que? No me venga con esas estupideces ¿Que es lo que sigue, ah?— Pregunté irónico.
—Armando, hombre ¿No lo ve? ¡Usted solo está bien cuando está con los niños! pero, ¿Y después? ¡Solo enojo! ¡No quiere hablar con sus padres! ¡Ni siquiera con Camila! ¿Que hay de los Valencia?— Había tocado algo muy profundo y muy doloroso dentro de mí.
—¡No, no los mencione!— Respondí molesto.—¡Los niños son mi familia, son mi única familia! ¡Y no se meta más!— Salí de la oficina con un gran portazo.
Negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Calderón tenía razón, no lo estaba manejando de la mejor manera. Hace mucho había pasado por la primera etapa, aún tengo una mezcla de ello, automáticamente apareció la ira infernal que me caracteriza por haberme dejado y con todo el mundo y me encuentro en una negociación extrema, donde nadie debe meterse conmigo, con lo que hago o lo que estoy sintiendo y yo haré lo mismo.
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Con el año luctuoso aquí, el nudo de la corbata se fundió a mi garganta. Las miradas de las secretarias, de Mario, de mis papás que habían tenido la grandiosa idea de venir a verme, todas sobre mí, con la lástima grabada en la frente, aunque admito que había sido una sorpresa ver a Daniel aquí.Me sentía agobiado, me sentía como un gran gato acorralado, con todas estas personas observando cada uno de mis movimientos... era enloquecedor.
—¿Lo has visto?— Dije en voz baja.
—Si, lo he visto Armando.— Contestó Calderón igualmente bajo.
—¿Que hace él aquí? Él no debería estar aquí, no lo soporto Calderón.— Tomé el puente de mi nariz entre mis dedos y bufé.
Había logrado evadir a los Valencia por los últimos meses y había sido, casi glorioso... casi.
—¡Armando!— La voz de mamá me hizo salir de mis pensamientos inútiles y levantar la mirada del escritorio y de papeles que en realidad no necesitaban mi atención, solo era un mal pretexto.
—Mamá... ¿Cómo estás?— Titubeos, hace mucho no tenía de esos.
—¿Que haces aquí encerrado? ¡Iremos al cementerio!— Si se ponía atención, tal vez se escucharía mi corazón desgarrándose una vez más... tal vez.
—Eso lo sé mamá... no-no necesito que me lo recuerdes...— Mire a Calderón en busca de ayuda pero estaba igual de perdido que yo.— No he ido por los niños al escuela- no podemos irnos sin ellos ¿no es así?— Pregunté directamente.
—D-Daniel fué por ellos ya y van camino a dónde deberíamos... Armando, espero que guardes la calma.— Me sentía herido de cierta forma.
—¿Son mis hijos? Si... Entonces, mamá ¿Por qué han tomado esa decisión por encima de mí?— Calderón ya había pedido disculpas y salido de la oficina a estás alturas.
—Armando...—Aqui venía.— Saca ese rencor de tu sistema, deja ir y sana... perdona, también.— Mamá había colocado su mano en hombro dándome un apretón ligero.
Pero, no podría, no podía sanar- era pronto.
—Él tenía razón y por eso lo odio.— Suspiré. Mamá me miró confundido, así que seguí.— Él siempre dijo que no podría hacerla feliz, que no- no merecía que ella estuviera a mi lado...— La voz se me.quebro con las últimas palabras.
—Marcela fué feliz... Armando.— Entonces abrace a mi mamá.
Hello There.
La verdad quería más suspenso con lo de la esposa muerta, pero no pude más con la revelación. ¿Cómo te quedó el ojo?
¿AU? Tal vez.
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One Shot's los que guste y mande.
FanfictionSon historias cortas, variadas de cualquier categoría. Ninguna tiene continuación u orden en específico. A darnos vuelo.