34 Inverso

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Ana llegaba está mañana a Bogotá, habían pasado seis meses desde que se fué, la filmación de la serie había culminando e inmediatamente que se desocupó no dudó en hablar con Armando para avisar de su regreso y de su inquietud por verlo.

Durante estos meses habían intercambiado llamadas hasta horas muy altas de la noche o la madrugada, dónde varias veces Ana pudo escuchar los ronquidos de Armando o el su respiración en paz, obviamente dormido; mensajes que se extendían a todo el día y algunas otras una videollamada por Skype.

Armando había extrañado muchísimo a Ana durante este tiempo, recién habían comenzado una relación y ella tuvo que irse. Se había levantado muy temprano este día para poder arreglarse como era debido e ir a recoger a su novia al aeropuerto. Su novia, la palabra se deslizó por su mente y se adherio, se sintió bien.

Calderón había resentido la pelea con su amigo, pero como era de esperarse simplemente regreso a él, sin disculparse y como si nada hubiese pasado, incitando a salir.

Ana por su lado se sentía exactamente de misma manera, iniciar una relación y luegor irse por lo que pudieron ser los mejores meses con su nueva pareja, era una idea que no le agrado pero debió tomar, Armando se mostró tranquilo y complaciente, alentador en que ella se fuera, en que tomara la oportunidad, la conmovió considerablemente, sus ex parejas gustaban de tenerla para ellos solos, molestando cuando ella optaba por viajar o tenía algún evento, debía dejar de comparar, claramente Armando era un muy linda excepción.

Finalmente llegó, tomó el primer avión de regreso, no tomaría mucho tiempo, casi gritó cua do tomo asiento para que los motores del vehículo se encenderían.

Arrastraba rápidamente su maleta y sus pasos podían oírse aunque el calzado era de suela blanda. Y ahí estaba, perfectamente derecho, su sonrisa en el rostro, dió unos pasos hacía ella hasta que quedaron frente a frente, ambos se sentían tan ansiosos que en el momento de verse quedaron mudos e inmóviles, tan solo admitandose el uno al otro, hasta que Ana rompió el ambiente cayendo en sus brazos, aspira do se aroma, abrazando su cuello, sintiendo su calor. Nunca se había sentido así, tan segura en los brazos de alguien.

—Yo también te extrañe.— Armando sonrió contra su cabello negro y abrazó su cintura.— Demasiado.— Aspiró el jazmín de su cabello.

—No sabes cuánto lo hice yo, estaba apuntó de pedir que me matarán.— Armando la tomó de los hombros para verla a la cara.

—¿Que haz dicho? — La vió preocupado.

—En la serie tonto, quería verte ya.— Sonrió y plantó un beso cerca de sus labios.

—¡Por un minuto creí que me quedaría sin novia! ¡Es tan injusto tan solo te di dos besos! — Sonrió ampliamente y enredó sus dedos con los de ella.— Dime preciosa mujer, ¿Que quieres hacer? ¿Estás cansada? Hambre tal vez, seré tu chófer.— Tomó su maleta con la otra mano y caminaron hacía la salida.

—Creo que tengo un poco de hambre, pero quiero ir a casa, comer en un lugar tranquilo. Ven conmigo ¿Si? — Recargó su cabeza en el hombro mientras llegaban al estacionamiento.

—No podría rechazarte.— Abrió el auto para que ella subiera primero.

En poco tiempo llegaron a su departamento.

—Voy a ordenar algo por qué no tengo ganas ni de preparar algo ¿Si? — Ana asomó la cabeza por la puerta de la cocina.

—Lo que tú desees esta perfecto, pero eso si, yo invito.— Guiñó.

—Si Armando.— Ana sonrió y marcó el número.

—Dime ¿Que tal todo en tu empresa?— Ana camino cerca de él y se sentó a su lado, tomando una mano entre las suyas, haciendo círculos en aquellos nudillos que estuvieron dañados.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora