35 Cumpleaños.

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No lo leas, está feo. ಥ_ಥ

El cumpleaños de Betty, mi Betty estaba a la vuelta de la esquina, tenía todo un día planeado para ella, todo, estaba muy emocionado porqué el último cumpleaños... había sido especial, si, pero había daño en ese recuerdo, claramente mi culpa.

—Buenos días, doctora Pinzón.— Besé su mejilla y ella sonrió aún con los ojos cerrados.

—Doctor, buenos días.— Se movió y beso mis labios.

—¡Feliz cumpleaños mi Betty! ¡La amo doctora, la amo! Y gracias por todo.— La rodeé con mis brazos y la atraje para darle múltiples besos.

—¡Ay mi amor! ¡Gracias! — Respondió mis besos.— Amor, amor debemos ir a trabajar.— Dijo entre besos.

—¿La presidenta no puede tomarse un día libre? — Puse mi cara de cachorro y ella acarició mi mejilla.

—No, sabes que tenemos muchas que hacer hoy.— Besó mi frente y ese dió vuelta para buscar su calzado a un lado de la cama.

—Lo que ordené presidenta.— Hice una falsa imitación de soldadito de plomo y me acerque a ella.— Pero, pero, pero, debemos ducharnos primero doctora... Pinzón.— La miré de arriba a bajo y la cargué.

—Me parece perfecto para iniciar el día, doctor Mendoza.— Mientras la llevaba al baño beso mis labios una y otra vez.

En la regadera deje que ella entrará al chorro cálido de agua, tomé la botella de shampoo, de alguna flor increíblemente exquisita a la nariz; me coloque una cantidad moderada en la mano y froté contra su cuero cabelludo hasta formar una espuma suave.

—Se siente maravilloso, me gusta cuando me lavas el cabello.— Susurró con sus hermosos ojos cerrados.

—Me encanta hacerlo mi amor.— Besé su húmeda mejilla y seguí lavando el resto de su largo cabello hasta que finalmente lo enguaje con cuidado, tomé la esponja con jabón y me inque ante ella.

— Pero ¿Que haces Armando? — Ella sonrió divertida.

— Hoy es tu día, mi amor y pretendo cuidarte y demostrarte lo mucho que te amo, pon ese lindo pie aquí.— Señalé mi rodilla y ella lo hizo con un destello de pena adorable en su piel y ojos.

Talle su cuerpo con mucho cuidado, me tomé mi tiempo de recorrer su hermoso y sensual cuerpo, la toqué apropiadamente porqué no era un momento de pasión, era un momento íntimo lleno de amor y respeto por la mujer que tenía enfrente, mi esposa, mi Betty.

Después me bañe yo, mientras ella dejaba que toda el agua limpiará la espuma jabonosa en su cuerpo, la tomé con un brazo y con la mano libre acaricié su mejilla y le di un corto pero tierno beso.

—Beatríz Pinzón Solano, yo la amo.— Dije viéndola a los ojos.

—Y yo a ti Armando Mendoza, te amo.— Sonrió y besé su nariz.

Salí de la ducha y la envolví como un rollo de fresa para cargarla hasta la habitación.

—Me encantó ese lindo regalo, gracias mi amor.— Sonrió.

—Es tan solo una muestra de cariño, mi regalo vendrá más tarde.— Dije colocándome un pantalón.

—¿Que tienes en mente? — Me miró con curiosidad.

—¿Curiosidad? Pues lo siento tanto, pero no puedo revelar mis planes, paciencia doctora Pinzón.— Me coloqué mi corbata y Betty me lanzó su toalla a la cara.— ¡Vaya comportamiento! — Reí.

Tenía todo un día planeado con Betty, la llevaría a cenar no muy tarde a un buen restaurante, posteriormente la llevaría a un lugar especial para darle su obsequio, si, si, si. Doña Julia había dicho que ella se haría cargo de Camila, como todas las mañanas mientras nosotros estábamos en la oficina, estaba bastante emocionado todo debía salir perfecto... TODO.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora