—¿Cuánto tiempo ha pasado?— Susurró.
—Demasiado.— Alzó la vista cansado hacía su rostro reluciente.—Demasiado.— Volvió a con una pequeña sonrisa.
Se sentía maravilloso volver a ver su rostro y aún más maravilloso, que aún recordaba cada uno de sus rasgos.
—Te haz tardado.— Una sonrisa traviesa apareció en sus dulces labios.
—¿Que no el tiempo es relativo?— Bromeó.— Es solo que tú- tú te adelantaste.— Las sonrisas de ambos se desvanecieron y el dolor fué transmitido por sus pupilas fijamente en el otro.
—¿Te molestó?— Ella preguntó, bajando la mirada y viendo sus pálidos dedos enroscarse unos con otros.
Él tomó sus dedos delicadamente y entrelazando los suyos con los de ella.— Si.— Admitió en un susurro.— Pero, jamás contigo.— Dijo rápidamente apretando sus dedos cariñosamente, ella alzó la vista y vió su arrepentimiento.— Era conmigo, con el mundo...— Ella quitó su mano suavemente y la colocó sobre su mejilla tibia.—Quise hacer tanto por ti, quise ser yo... quise tanto, pero- no sirvió.— Susurró con dientes apretados.
—¿No me sentiste? Siempre estuve contigo.— Sonrió esperanzada.
Él la miró confundido y ella se apresuró a contestarle, llevando su mano al pecho dónde el latido era, ahora inexistente.
—Estuve ahí, estuve ahí cuando no podías dormír por las noches, cuando pensaste en mí y por fin cerraste los ojos.— Sonrió.— Debiste sentirme cuando te sentaste a ver esa película que odias, pero yo amo; me sentiste intensamente cada tarde, cuando te sentaste a lado de mi lápida.— Las lágrimas de él estaban por todas sus mejillas y colocó su mano sobre la de ella.— Estuve ahí en tus momentos de dolor, cuando creíste que el alcohol lo era todo...— Lloró recordando el terrible sentimiento que nació en ella al ver su autodestrucción.— Jamás te dejé, jamás me fuí del todo, te he cuidado estos años.— Armando cayó al suelo nebuloso con un llanto fuerte y posiblemente infantil, al asimilar todo.
Habían pasado quince años cuando la vejez le quitó a su mujer, a su Betty. Había odiado todo y a todos por qué ella no estaba ahí, cuando no podía enojarse con nada ni nadie. Todos se preocuparon por él, pero se quiso ahogar, cómo siempre... su mecanismo de defensa haciendo estragos pero, sabía que Betty, su Betty jamás querría verlo así.
Entonces, se levantó. Lo hizo, volvió a poner en marcha su vida con un hombre mayor y viudo que disfrutaba de su pensión, solo. Visitó a su nieto y a su hija cada fin de semana, procuró hablarle al pequeño niño de su muy amada abuela. Muchas veces lloró en el hombro de Camila pero muchas otras rió recordando anécdotas de su niñez.
La visitó todos los días, le leía una y otra vez, hablaba con ella y le contaba lo grande que estaba su nieto y los logros de Camila, le contó con vergüenza sus atrocidades y sus nuevos logros como usar el horno de la estufa. Muchas veces se durmió en el césped hasta que alguien le decía si se encontraba bien y finalmente dijo que 'si' y no mintió.
Ahora, por fin, Armando estaba de nuevo con ella, su corazón había dejado de latir con la sonrisa en su rostro porque por fin podría ver a su Betty otra vez...
Hello There.
No puedo creer que ha pasado un mes desde mi último OS, pero aquí estoy.
Esto es mediocre, si. En mi defensa, no tengo nada de tiempo, si no estoy trabajando o en la escuela, estoy durmiendo. Así que tuve la grandiosa (mala idea ) de "comenzar de cero" por así decirlo, me coloqué pequeñas metas para poder tomar el ritmo de la escritura de nuevo, y eso es con escritos cortos en pequeños descansos entre clase o en el transporte público jaja.
Estamos cerca del día de muertos o halloween y, personalmente no lo celebró pero pensé en ello y en nuestra pareja favorita y esto salió jajaja.
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One Shot's los que guste y mande.
FanfictionSon historias cortas, variadas de cualquier categoría. Ninguna tiene continuación u orden en específico. A darnos vuelo.