20 Antes del desierto.

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—¡Oskar! ¡Oskar! — El acento británico de su madre resonaba en la casa.

Oskar bajo apresuradamente las escaleras con su típico trajecito de los domingos, con el cual si madre le permitía “ensuciarse un poco.” al llegar abajo se encontró su mejor amigo, Angus el niño de la casa de a lado.

—¡Angus! ¡Veniste! — Oskar saltó del penúltimo escalón para encontrarse con Angus.

Angus tenía el cabello rubio cenizo, ligeramente ondulado, tez canela y ojos azul zafiro, Oskar en cambio, tenía los cabellos rubios, pelirrojos bajo el rayo de luz del sol más alto, lacio, piel blanca y ojos azul pálido, eran un par encantador, Oskar con 10 años y Angus con 7.

—Claro amigo, vamos, vamos. Gracias por dejarlo ir a jugar señora.— Angus le hizo una reverencia, que a la mujer igualmente pelirroja, hizo reír.

—Con mucho cuidado muchachos.— Dijo y se fué.

Los chicos pasaron horas en el arroyo que se encontraba delante de los terrenos de las grandes casas, había tres casas en esa zona, la amas grandes y maravillosas del lugar, solo las familias británicas más ricas podían poseer una, el lugar era tranquilo, y constaban de grandes hectáreas de área verde, incluyendo el arroyo, cada familiar era dueño de un pedazo y de un pozo.

Familias no muy numerosas pero las casas si que estaban llenas de gente, servidumbre para ser exactos.
La primera familia, los Gale, señor y señora Gale y el pequeño Oskar, la segunda familia, los Morgan, señor y señora Morgan y el pequeño Angus, se rumoreaba que tercera y última familia llegaría el día de hoy.

Los chicos derramaban gotas de agua por todo el lugar, se arrojaban pequeños guijarros, buscaban ranas y peces pequeños que volvían a lanzar al agua, Angus era un niño travieso, saltaba de un lugar a otro, a veces ensuciando todo, en cambio Oskar, cuidaba de Angus, lo ayudaba a subir dónde no alcanzaba, le decía como atar sus zapatos y lo protegía de lo que pudiera.

—¡Mira Oskar, allá! ¡Llegaron los nuevos vecinos!— Angus señalaba desde una roca a la orilla del arroyo.

—Vístete, iremos a saludar.— Oskar se sacudió su pelirroja cabellera y la de Angus haciéndolo reír.

Oskar se sacudía la ropa y peinaba su cabello, mientras que Angus abrochaba los botones incorrectos.

—Buenas tardes, yo soy Oskar Gale y el es mi mejor amigo Angus Morgan, vivimos en las casas de allá.— La clase de Oskar a su corta edad era algo de lo sus padres alardeaban, Oskar era muy querido por lo mismo en ambas casas.

—Buenss tardes jovencitos, yo soy Daniel Kelly, ella es mi esposa Miriam y mi hija, Pamela.— La pequeña Pamela era hermosa a su corta edad, ojos grandes y de color avellana, cabello castaño obscuro, rizado pero no demasiado y larga, ambos chicos hicieron una reverencia.

—Un placer conocerlos.— Dijieron los dos con una sonrisa.

Esa fue la primera vez que los tres chicos se encontraron y de ahí no se volverían a separar.

Los años pasaron y Oskar tenía ahora 21 años cumplidos, estaba en la universidad más prestigiosa, Angus tenía 18 años y Pamela igual, ambos estaban apunto de poder irse a la universidad junto con Oskar.

Oskar, era un hombre increíblemente hermoso, ese acento pronunciado junto con su refinería era todo lo que las chicas querían, algunas merodeaban a Oskar, pero él estaba concentrado en los estudios, no era como Angus que salía con chicas incluso de universidad, era atractivo con esa pinta de joven rudo, inteligente y viril, pero Oskar mentía, él estaba sumamente enamorado de Pamela, lo supo desde que ella había cumplido 13  y el 16, se sentía bastante maduro para su edad y sabía que todo esto era amor, pero no sé atrevía a faltarle al respeto así a Pamela, no, él optó por esperar hasta que ella llegará a la mayoría de edad y poder cortejarla de manera adecuada y solo si ella quería.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora