43 Sobre las nubes.

213 40 173
                                    

Nosotros los ángeles veníamos de un mundo demasiado lejos de la tierra, los primeros ángeles vestían de armadura luminosa, portaban escudos y espadas. Se nos instruía acerca de la vieja guerra, seres malignos, nuestra contraparte, que aterrorizaban no solo a nuestro mundo si no a muchos otros, pero si cosa favorito era cazar ángeles.

Después de un increíble homicidio a mi raza, muchos se fueron y escondieron, cuentan que se arrancaron las plumas y se retiraron las alas con dolor para protegerse, a algunos simplemente ya nos les volvió a crecer nunca más, pero cuando procrearon nacieron los nuevos ángeles, volvieron a poblarse y volvimos a ser guerreros.

Aparentemente los seres malignos desapareción con nuestra propia masacre, pero desde el resurgimiento de mi raza no hemos vuelto a saber de ellos, quedó como un mito y leyenda de nuestros antepasados.

Los ángeles que son escogidos como guerreros estamos encargados de mantener la paz entre los mundos, debido a nuestra facilidad de desplazamiento.

¿Cómo es que te escogen? Pues te hacen batir entre varios jóvenes de la misma edad para conocer tu fuerza, fuí escogido desde un puñado de ángeles del sur, un pueblo pobre de alas marrones y beiges, era el único con alas blancas y eso hizo llamar la atención de nosotros, solo éramos niños solos, abandonados, me alegro haber sido el punto entre los ángeles de la capital y nosotros, porque de no ser así, no sé qué hubiese sido de mis hermanos y yo. Los visito moderadamente, todos están establecidos, otros con familia y bien trabajo, están felices y eso me hace feliz.

Como ángeles, debemos encontrar un vínculo perfecto con alguien para poder hacer amigos y escoger una pareja, el vínculo es más fuerte que todo en esta tierra, te une a ella o él, si es que tienes una mitad por ahí, si no, jamás lo sentirás y quedarás solo. Debías esperar el llamado de tu alma gemela, era una espera tortuosa.

Cuando estaba en el sur, fué fácil sentir el vínculo, un vínculo fraternal, es suave y hace cosquillas, es inocente, te incita a hablar y relacionarte poco a poco, es así como mis hermanos se convirtieron en eso. Solo ellos podían tocar mis alas y yo las de ellos, pero toques ligeros, por encima de las alas más descubiertas y ásperas.

Cuando me convertí en soldado, todos nos convertimos en hermanos, palmadas en las plumas altas o en el hombro eran nuestras muestras de afecto, pocos soldados encontraban su alma gemela, estar unido a alguien de manera eterna, debido a nuestros constantes viajes era casi imposible, algunos afortunadamente lo hacían, lo describían como algo invisible que te unía involuntariamente, querías estar cerca, además, muy pocas veces ocurría con alguna otra raza, siempre era dentro de nosotros, corrías el riesgo de ser rechazado y vivir con un amor que jamás sería correspondido, un dolor permanente.

Después de reconocer el vínculo, tuve miedo de a quién me sentía atraído, quién era mi alma gemela. Nos mandaron a Escocia a proteger a la reina Ana de Endiburgo, jamás la había visto ni oído hablar de ella; ella había escapado del castillo después de un ataque.

La ví e instintivamente me acerque a ella para protegerla, cuando estaba en mi pecho aferrándose a mi ropa en el aire... me sentí que caía en picada, sentía que debía tomarla en mis brazos y no soltarla, así que la protegí lo más que pude ganandome un dolor de alas.

Ella trató de tocar mis alas internas y me exalté, alejándome un poco... ¿De verdad quería hacerlo? Es todo lo que pensé.

Después de que me aparté de ella, este lazo invisible me incitaba a volver... y me asusté, estaba muy ansioso y quería irme, hasta que mi superior me encontró.

-¿Lo sientes no es así?- Su voz gruesa me hizo calmar un poco.

-¿Que cosa?- Me hice el tonto.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora