Escribiendo.

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Había frustración, el lenguaje corporal lo decía todo, puños cerrados, hombros tensos, y ese sudor callejero en la nuca. Fué un día estresante, trabajos, tareas, proyectos, platicas burdas con los amigos, sentimientos rechazados, cansancio, presión, estrés, llanto, gritos, problemas en casa, regaños. Todo.

Subió las escaleras con grandes y sonoros pasos, quería anunciar su molestia por todo, por el mundo. Bufó y se lanzó contra el colchón suave, suspiró. Tal vez era la textura de la cama o el aroma barato del suavizante, o simplemente que estaba en casa, en su espacio, en su perímetro, pero se calmó, se relajo y entonces se levantó de un brinco.

Jalo la silla de madera escondida en su escritorio, se sentó; rápida y hábilmente sacó su cuadernillo viejo, la pasta estaba gastada y rota en las puntas, tenía garabatos sin sentido que hacía por aburrimiento, el bolígrafo salió y presionó el botón para que la punta fuera expulsada con un 'click'. Fué fantástico.

Colocó la punta sobre la hoja más limpia y menos arrugada, pero el ceño se frunció, nada vino. Giró en la silla, volvió a colocar la punta y nada vino. El frenesí llegó, la goma del otro extremo de ese lapicero hacía un ruido contra la hoja con cada golpecito, nada vino. Clickeo sin parar, metiendo y sacando la tinta, nada vino.

La frustración volvió y recordó el 'Todo' ese estrés regreso, esos eventos que tenían a este ser tan irritado y el Click volvió a sonar, la pluma sobre el papel y el primer trazo.

Un escrito, había características de un lugar, un lugar pacífico.

El color apareció por su mente como motas y trazos amorfos, rosas, no, no, no rosas, mejor naranjas, azules, un toque de amarillo aquí y allá mientras describía.

Sol, cielo despejado, pasto. Un paisaje.

Un toque en su puerta hizo que los colores en su mente cayeran y todo se volviera negro.

La frustración nuevamente, hizo los deberes y más tarde volvió a tomar el bolígrafo con el 'click'. Comenzó la historia, su personaje.

Los colores del cielo aparecieron en su mente vacía, las motas amorfas ya no eran eso, no, ahora había colores uniformes creando el hermoso cielo despejado que había descrito, el sonido de las aves resonó en su mente y trato de describir como sonaban, el caraqueo o el canto suave  de las mañanas, y la persona ahí.

Con un toque del autor, tal vez un toque físico o algo marcado como el carácter, o mejor aún, la frustración que sintió hoy.

Parecía un ser extraño en su mente, el 'esqueleto' básico apareció, con forme los adjetivos llenaban la hoja, en su mente comenzaba a caminar por el prado formado, el ser que había creado estaba feliz, pero la frustración llegó.

La historia dió un giró de 360° y la descripción lleno la hoja con obscuridad así como la mente. Los tonos alegres fueron reemplazados, el azul brillante paso a un azul obscuro cais negro, el cielo despejado se llenó de nubes grises y el sonido de las aves fué reemplazado por la descripción del sonido de los truenos y el piqueteo de la lluvia sobre el pavimentada.

Todo fué cargado ahí, el personaje se movía, corría, lloraba e incluso gritaba, el reflejo del autor estaba ahí.

Continúo escribiendo, la ciudad, el planeta o la galaxia que habitaba, el problema, el dolor, la herida, el llanto allí, las personas a su alrededor, sus rasgos, sus voces, sus risas. Parecía que la película se había creado en su mente con cada nueva letra, palabra o escena.

Terminó de escribir y con ellos todo lo que había creado en su mente cesó, se borró lentamente como si los colores se deslavaran y cayeran a la nada, todo se apagó cuando cerró el cuadernillo. Parecía ficción cuándo lo releyó, pero había partes del autor aquí y allá que esperaba que fueran imperceptibles o no.


Hello There.

Se cuenta solo.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora