Atribuyó todo que a simplemente era un problema estomacal, si, tal vez la cena con mariscos de la semana pasada, pensó.
Era viernes, lo que significaba que Julián pasaba todo el día hasta medio día de domingo fuera de casa, lo que significaba también que Ana y Jorge podían estar abrazados de las manos sin ningún problema. Ya habían pasado siete meses, desde aquel beso.
El sujetaba sus dedos fuertemente con su brazo rodeado en su cintura observándola en sus sábanas.
-Me gusta como te ves hoy.- Besó sus labios.
-¿En tu cama?- Se burló de él acariciando su mejilla con su dedo índice.
-No, te ves feliz.- Dijo firmemente.- Te recuerdo así, con esa sonrisa al recibir tu asenso.- Ana trató de reprimir sus lágrimas.
-Ya es tarde y debo llegar a la oficina.- Desenredó su mano poco a poco y Jorge de quejó.
-Dame un beso y te dejo ir.- Rió contra sus labios.
Se besaron. ¿Siempre la había besado con esta ternura? ¿Con esta delicadeza? No quería responderse en verdad ¿Con este a--? No, no había tiempo si quiera para pensarlo, esto era solo sexo.
Julián había cometido un error, un paso en falso que había condenado todo en él, había entrado al mundo de las apuestas y pateado el trasero de una familia del este de la ciudad, Julián no sabía que, literalmente, no debías ganarle a esa familia, no importa que tan bien habías jugado o que tan limpio.
Lleno de pánico llegó a una casa de grandes ventanas, tres pisos y guardias a dónde alzará la vista.
Estaba tan desesperado que llegó con Valencia.
-¿Y porqué piensas que quiero ayudar a una rata bastarda como tú?- Valencia lo miró de arriba a bajo.
-Puedo entregarte a Jorge.- Valencia borró su sonrisa burlona y lo miró detenidamente.
-¿Tú? ¿Y como se supone que vas a hacer eso?- Dijo con incredulidad.
-Mi departamento lo protege, será fácil entregarlo.- Contestó con un aire de autosuficiencia.
-Lo quiero vivo Arango y escúchame bien, yo no doy segundas oportunidades. Retirate.- Sus hombres lo tomaron de los brazos y lo sacaron de la casa Valencia.
Daniel sonrió, por fin tendría la cabeza de Abello entre sus manos, así como él, también estaba cegado por la rabia y la tristeza por su padre, conocía perfectamente el inicio de todo, pero no le importaba.
Julián detestaba a Jorge, desde que Jorge cambio su rumbo y decidió que no había espacio para él en su vida o el respeto y cariño que alguna vez hubo como 'hermanos', había tenido una ligera envidia cuando estaba con Ana y cuando finalmente desapareció se acercó a Ana en su vulnerabilidad.
Cuando él apareció lo primero que quiso hacer fué contrale todo a la mujer de su vida, pero vió salir a Julián de su departamento, Julián se había llenado la boca con hechos exagerados, diciendo que Ana lo odiaba y que ahora estaba con él.
Obviamente Jorge nunca habló de algo como esto con Ana, solo lo dejó pasar, después de todo se había casado con él.
Ana sostenía la prueba de embarazo en sus manos, sus dedos temblaban, su cabeza estaba inclinada hacía atrás y cerraba los ojos con fuerza mientras sus lágrimas se derramaban, lo que menos necesita era un bebé...
No es que no soñará con ser madre en algún punto, pero no era parte de su sueño que la incógnita de quién era el padre, surgiría en su mente.Escuchó la puerta del baño abrirse y rápidamente botó la prueba, pero no lo suficientemente como para que Julián no observará la acción.
-¿Que fué eso? ¿Estás bien?- Julián se acercó a ella y la tomó de los brazos frotandolos.
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One Shot's los que guste y mande.
FanfictionSon historias cortas, variadas de cualquier categoría. Ninguna tiene continuación u orden en específico. A darnos vuelo.