¡100! Luna perdida.

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Los Orozco, era historia general y básica para poder entrar a la academia aeronáutica nacional e internacional.

—¡Estás bromeando!— Gritó Art con una sonrisa burlona.

—¡No! ¡Te estoy enseñando la evidencia!— Alcé la foto y señalé al hombre con uniforme.

—¿Eso? ¿Eso es tu gran evidencia? ¡Ni siquiera sabes quién es! ¡No sabemos si está nave es de ella!— Señaló hacía el exterior dónde Ana se encontraba cazando en el arroyo.

—¡No me sorprende que hayas reprobado historia aeronáutica!— Me froté la sien con cansancio.—Escucha, está nave es un delta que ha estado descontinuado desde hace 15 años ¿Cómo explicas eso? — Lo regañe y él me miró confundido.— ¿Si quiera sabes porque las descontinuaron, idiota?— Acusé.

—No tienes nada Jorge y si fuera cierto ¿Que? ¿Que se supone que vamos a hacer? ¡Estamos aquí varados!— Alzó los brazos señalando el lugar.

—No, no, si el delta puede volar.— Contesté.— Art, este es el mayor descubrimiento de la historia... esto es- simplemente-- tenemos historia viviente justo ahí.— Señalé a la joven con el cabello húmedo y el sol golpeando su figura.

—Entonces es hora de llevar el trofeo a casa.— Dijo antes de irse.

Miré a Ana. ¿Cómo lo tomaría? ¿Querría irse? ¿Sería buena idea llevarla a la civilización después de tanto... si quiera sabía que está una Orozco...

Después de un rato, me levanté de mi asiento con la ayuda de una simulación de muletas, le había dicho a Ana que hablaría con ella después de discutir con Art al respecto de su foto, así que era hora; salí de la nave y me golpeó el calor húmedo del planeta, era agradable después de estar los últimos días dentro de la nave metálica y fría.

Ana ahora se encontraba sobre una roca haciendo algo con las manos, las gotas de agua bajaban por su espalda bronceada, me detuve un momento antes de emitir cualquier sonido, ya que una extraña sensación me invadió, quería estirar mi mano y tocar su piel húmeda y caliente pero me detuve una vez más, solo eran las circunstancias, me regañe, solo con una hermosa mujer que se pasea semidesnuda todo el tiempo, si eso era.

—Ana.— Dije suavemente y ella volteo con una sonrisa.

—¿Que?— Debía aprender algunos modales estoy seguro.

—¿Podemos hablar? — Sugerí, colocándome a un lado de la roca con cuidado.

—Si. Hablar.— Dijo sin dejar lo que tenía en las manos.

—Mmm ¿Recuerdas a tus padres? Los que volaban eso.— Señalé el delta detrás de mí.

—Si, papá volaba muy rápido y muy asustado cuando caímos aquí.— Seguía sin mirarme, sacaba los ganchos de pescar de las bocas de los peces.— Mamá se golpeó fuerte, así que fué llevada allá.— Alzó su mano en dirección a la extensa selva.—Nunca despertó.— Sentí un nudo en la garganta pero ella lo dijo con mucha naturalidad.

—Lo siento, siento que tu mamá no haya despertado.—Ella se encogió de hombros.— Ana, ¿Te gustaría venir conmigo?— Pregunté tratando de encontrar su rostro.

Pasaron unos largos minutos, ella enredaba su red de pesca y apilaba los pescados en una canasta, creí que no me contestaría.

—¿Casa?— Me miró, sus enormes ojos estaban húmedos.

—Si, casa.— Respondí colocando una mano sobre la de ella. No sabía cuánto tiempo había estado sola pero reconocía el término, me atrevo a decir que ella no considera este lugar como su hogar.— Papá quería llevarme a casa, pero estaba muy cansado, muy agotado y después de un tiempo tuve que llevarlo allá.— Señaló el mismo lugar entre la selva.

—¿Sabes que edad tenías Ana?— Pregunté con cautela pero ella negó con la cabeza.— Está bien, no te preocupes. Art y yo te llevaremos, lo prometo.— Asintió y decidí dejarla en paz.

Tenía mucho que pensar y que hacer y no me importaba el dolor de la pierna, saldríamos de aquí en esa nave.

—¿Y bien?— Preguntó Art, acercándose a mí.

—Vendrá con nosotros.— Dije sin mirarlo, el delta necesitaba piezas aquí y allá, no demasiadas y no difíciles de conseguir, si no estuviéramos en medio de la nada.— Nuestra nave es universal, debemos ir en busca de piezas.— Comenté

—Cuando dices ir a buscar piezas, te refieres a mí ¿Cierto?— Art dijo riendo.

—Ya comienzas a entender.— Palmee su hombro.— Yo ensamblare todo aquí, mañana comenzamos ¿Bien?— Lo miré.

—Si, capitán.— Me guiñó un ojo.

Había algo que me preocupaba y demasiado, fruncí el ceño, Art.

—Bien, será mejor que le ayudes a Ana con eso.— Señalé la canasta, asintió y se fué.

El capitán Orozco era conocido en todo el mundo prácticamente, por sus aportaciones en cuanto al ámbito de la investigación en la NASA, todos sus descubrimientos se basaban en la recolección de datos de otros planetas, investigaciones de campo que duraban semanas e Incluso meses.

La última misión del capitán Orozco ocurrió hace 15 años, se había llevado a su familia consigo ya que su nueva investigación tardaría por lo menos 6 años estándar, si todo salía bien, pero después de ese tiempo jamás se supo de él y su familia.

Se había hecho una búsqueda exhaustiva durante bastante tiempo y nunca se encontró ni una sola pista de su paradero, después de dos años y medio la gente de la academia e incluida la NASA había anunciado formalmente el fallecimiento de los Orozco, se había guardado luto por cinco días hábiles y después todo volvió a la normalidad. Las investigaciones de campo se habían estancado durante un tiempo debido al miedo de que ocurriera lo mismo, las visitas a otros planetas cesaron y solo se hacían vuelos de prueba; hasta hace unos años.

Se decidió que la misteriosa desaparición de los Orozco no podía seguir siendo motivo para el 'paro' de las actividades aeronáuticas.

Y ahora, ahora no podía creer que estaba en frente de una Orozco, la pequeña Orozco que se suponía había muerto hace tantos años... Y a juzgar por la nave donde estábamos y las montañas de cosas por ahí y por allá, no creo que ninguno de los Orozco estuviera muerto en esos años de búsqueda.

Me preguntaba bastantes cosas y me preocupaban otras tantas y no sabía como ordenar mis pensamientos correctamente, quería saber más de Ana y todo lo que había ocurrido aquí, pero no quería presionarla en el fondo ella seguía siendo una niña, sin una pizca de maldad, su inocencia estaba intacta y yo no quería aprovecharme de ello. En cuanto a Art, era otro tema totalmente contrario, él se había referido a ella de una forma que me hizo sonar la alarma dentro de mí cabeza 'trofeo', debía hablar seriamente con él durante estos días para hacerle saber que no teníamos en nuestras manos una muestra o un cargamento, era un ser humano.

Hello There.

Yo pensaba terminar esta onda de la escritura aquí, pero a quién engañamos amigos, no puedo jaja, aún tengo ideas extrañas en la cabeza y espero me sigas acompañando, por lo menos para culminarlas todas.

Traigo un capítulo revelador para nuestro astronauta, pero no tan revelador porque aún hay preguntas en el aire y otras más que se van a crear con este en particular.

Déjame tus preguntas.

Este fué el que escogieron jaja, no les diré las otras opciones, pero no les voy a mentir, eran mejor que está xD

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora