Había algo irreal en llegar a la mayoría de edad. No es que me entusiasmará demasiado el valerme por mi mismo, de echo tenía un poco de terror al respecto, no sabía que tan orgullosos podría llegar a poner a mis padres y que tuvieran que aguantar vergüenzas en el pueblo por tener un hijo fracasado.
Uno de los grandes logros era casarte, pero aquí en este lugar nos gusta las tradiciones, y es que nuestro padrino de bodas, que se asigna cuando somos aún unos niños, está encargado de buscar una pareja ideal, según su criterio. No puedo conocerla hasta el día de mi boda y eso es- atemorizante.
Mi cumpleaños número veintiuno es mañana y mi padrino ha mandado una carta, dónde las primeras dos líneas dicen que ha encontrado a la chica perfecta en el pueblo vecino.
Papá siempre me ha dicho que no hay que temer, todos los del pueblo se han casado así, y siguen casados... la.mayoria de los ancianos tienen cuarenta o cincuenta años con sus parejas y es alentador de cierta forma.
-¿Cómo es que te enamoraste?- Jugué con la taza de té mientras mamá se acercaba con la tetera humeante.
-Solo ocurrió Armando. Tú padre siempre fué un buen hombre.- Sonríe y sirve el té, tomando asiento frente a mí.- ¿Que es lo te preocupa, mi hijo?- Ella coloca su mano sobre la mía y puedo ver las arrugas en ella, las manchas que comenzaron a aparecer por la edad y sonrió.
-Que no me ame.- Bajo la mirada ligeramente avergonzado.
Mamá siempre ha sido mi amiga, ha sido más que una mamá para mí, ha estado ahí para mi siempre y está aquí ahora. Sé que puedo contar con ella con cualquier duda estúpida sobre mi. Alguna vez llegué llorando del campamento y ella me consoló, me ha mimado cuando lo merezco pero también me ha reprendido cuando lo merezco.
-Eso no es posible, eres el joven más dulce.- Frota mi mano cariñosamente y sonrió.
-Nunca me dirías que soy despreciable, eso lo sé mamá... ¡Eso es trampa!- Ambos reímos ahora.
-No puedes culparme, eres mi único hijo.- Sonrió y asiento.-Pero, no solo eres bien hijo, eres un buen muchacho, un buen hombre Armando. Creo que te hemos enseñado bien.- Ambos tomamos té y la miro.
-Si, lo han hecho bien.- Decido dejar el tema de lado.
.
Resulta que la fiesta fué buena, pero no pude dejar de pensar en esa espina en mi mente... sobre el amor. Hay amor en todos lados, puedo verlo cuando papá besa a mamá, cuando veo a los jóvenes reunirse o parejas recientes después de casarse. Me siento amado y amo a mi familia, pero no he amado a nadie de una manera tan sentimental y posiblemente ridícula. He visto obras de teatro en la escuela y en la gran ciudad a unos kilómetros de aquí, y todo parece tan dramático y doloroso, pero a la vez se ve magnífico y necesario que alguien te ame tan ridículamente. ¿Podría alguien amarme me de esa manera? ¿Podría yo hacerlo? ¿Podría necesitarla tanta como el oxígeno? ¿Cómo saberlo si no la he visto?
Había optado por ofrecer copas repletas a mi padrino para que soltará la lengua de su nombre, tal vez dónde vive exactamente o su simple apellido, pero parece inmune a hablar de más.
-¿Por qué no puedes decirme?- Le dije empujándo otro champán cerca de sus dedos.
-Crees que- soy tonto hijo-- Él hipa y ríe escandalosamente.
-Jamás he puesto en duda tu inteligencia, Saúl, pero quisiera saber algo de ella, no puedo dejar de pensar en ella y ni siquiera la conozco ¿No crees que es ridículo?- Le dije seriamente y dándome cuenta del uso de mis palabras.
-¿El amor no es ridículo, de todas formas?- Vuelve a rei levantando la.copa sin cuidado y derramando más de la mitad.
-¿Lo crees? ¿Lo sientes así?- Pregunto entusiasmado.- ¿Lo haz sentido?- Lo miro con una gran sonrisa.
-Solo sé, hijo, que tienes una ridícula obsesión con el amor.- Y ríe a carcajadas, se burla de mí.
- Tal vez tengas razón.- Miró las gotas que están en el suelo y me desánimo, no me diga lo sé... no si pregunto directamente.- ¿De dónde.vienes entonces, querido padrino?- Saúl hipa y se rasca la nuca, solo espero que no lo haya olvidado.
-¡Ya lo recuerdo! ¡De Hampto!- Ríe.
-Gracias por la plática.- Salto fuera de la mesa.
Hampto está solo a una hora de camino y su me me voy ahora, mis padres no se darán cuenta de mi falta... tal vez hasta mañana cuando él alcohol y la resaca haya desaparecido.
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Nunca antes había estado en Hampto y parece otro pueblo chico pintoresco, con carretas por aquí y allá, relinchos, niños corriendo y gran movimiento. Entonces, ¿Que es es estar ridículamente enamorado? ¿Y si mi verdadero amor está por aquí? ¿Y si me caso con una mujer que no me ame de esa manera? ¿Y si nunca conozco ese amor? ¡Eso sería terrible!
Hay música, hay gente bailando y me acerco al bullicio, no sé de qué se trata, pero me aventuro como forastero que soy aquí. Hay palmas aquí y allá y no puedo evitar sonreír, parece un festejo aunque desconozco exactamente a qué se deba. Hay múltiples personas bailando sobre una gran tarima de madera, mueven sus pies a un ritmo bastante pegajoso y escandaloso, pero que no llega a molestar.
Miro divertido las sonrisas contagiosas y me uno con las palmas y justo ahí entre todas esas personas puedo ver los ojos destellantes de alguien que se conectan con los míos y parece ser que el mundo se detiene justo aquí en Hampto, justo ahí en este festejo. Por un momento no puedo mover mis pies, pero cuando lo hago, no hay bullicio o palmas, solo ella con grandes ojos, me acerco a ella, y trató de no golpear a las personas que se han quedado estáticas en sus pasos o en la carcajada. Cuando llego a ella hay un destelló en mi pecho y creo que estoy enamorado.
-Hola.- Digo sin aliento y es tan ridículo que me emociona.- Mi nombre es Armando y te he buscado todo este tiempo.- No puedo entender lo que estoy diciendo pero ella sonríe y lo hace tan hermoso que no importa si puedo verla hacerlo de nuevo.
-Hola.- Ella parece estar en el mismo estado que yo.- Ni siquiera me conoces.- Dice tímidamente.
-Tenemos toda la vida.- Sonríe.
Hello There.
Es predecible, si, pero está bonito 🥺
Me copie/base en dos películas que me gustan mucho JEJE.¿Opinión? 👉🏻👈🏻
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One Shot's los que guste y mande.
FanfictionSon historias cortas, variadas de cualquier categoría. Ninguna tiene continuación u orden en específico. A darnos vuelo.