26 Antes del desierto.

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Habían pasado 11 meses y medio exactamente desde la pelea de Oskar y Angus, él contó cada día.

La boda se aproximaba y lo sabía porqué la invitación ya había llegado a su puerta, se sentó en su cómoda silla de cuero, esa que ocupa para trabajar y hacer tareas, arrancó la tapa del sobre y dejó caer la invitación sobre su escritorio, sus lágrimas humedecieron el papel rápidamente, rompiéndolo. Oskar tenía un mínima ilusión de que Pamela se diese cuenta de su error... pero tampoco le juzgaba nada, no podía, ella estaba enamorada y la gente comete cosas estúpidas en nombre del amor o eso se decía.

Oskar había tomado la decisión de no formar parte de esa boda, Miriam y Pamela habían hablado por teléfono más de una vez pero él jamás contestó, su personalidad le prohibía expresarse mal de su ... al que una vez consideró su hermano, trato de evitar el tema a toda costa, las cosas habían pasado, las cosas estaban hechas y no había vuelta atrás. Hablaba con sus padres pero nunca pregunto por Angus, sin embargo siempre estuvo al pendiente de Pamela... una vez más, sin que nadie supiera, le había dicho a su madre que por favor no comentará nada, solo quería saber si ella estaba bien, creía que probablemente ella estaba creyendo lo peor de él, una bestia qué se había dejado llevar por sus impulsos...

Había tomado la carta que había escrito y muchas veces intento tirarla, incluso quemarla pero nunca pudo, eran sus sentimientos los que estaban plasmados ahí, era todo su corazón vaciando en tinta sobre ese papel.

Después de la pelea, Pamela curó las heridas de Angus cuestionando que había sucedido, pero Angus no era nada tonto y jamás reveló la verdadera razón.

—Tan solo lo hice enojar, Pamela.— Siseo del dolor cuando colocó un algodón empapado de alcohol en su labio abierto.

—¿Por qué no quieres decirme? Yo sé que Oskar no es así.— Y era cierto, Oskar nunca se molestaba y jamás iniciaría una pelea.

—¿Cómo es que lo defiendes?— Angus miró con coraje a su prometida.

—Por que lo sé y sé que tú puedes ser muy imprudente.— Replicó desafiante.

—Ah, basura.— Hizo una mueca de disgusto y salió de la habitación.

Pamela se sentía triste de que Oskar hubiese cortado el contacto con ellos... hablaba con sus padres solamente pero nunca daban razón de él, o si él alguna vez preguntó por ella y eso le dolió.

Su boda estaba a una semana y deseaba demasiado ver a Oskar ahí, él era sumamente importante en su vida y ella lo quería, y adoraba, siempre había estado ahí para ella y lo necesitaba de nuevo en uno de los días que probablemente... sería el mejor día de su vida.

Así que se armó de valor, dijo que iría a la ciudad a revisar muestras para la boda, Angus no le tomo mucha importancia y le dijo que estaba bien.

Llamo a su puerta, el corazón le martilleaba y las manos le sudaban, temía ser rechazada cara a cara por uno de los hombres más importantes de su vida, temía perderlo para siempre.

Oskar abrió y quedó sorprendido de la persona que tenía enfrente, ambos se miraron sin poder decir algo, un 'hola' por lo menos. Pamela estaba dispuesta a tenerlo de regreso así que dió un pasó y lo abrazó con fuerza, Oskar no puedo evitar regresar el abrazo, sin duda era reparador y olía a ... rosas.

—Por favor, pasa.— De mala gana se separó de ella y le indicó el camino.

Pamela observó su hogar y era tan él... olía a madera, incluso canela, todo era tan limpio y organizado, todo el lugar gritaba Oskar.

—¿A qué debo tu visita? — Dijo Oskar indicándole donde sentarse y tomando asiento frente a ella.

—Quiero saber de ti, quiero que regreses a mí.— La voz de Pamela era suave, casi suplicante.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora