Era mi primera navidad con mi familia oficialmente y me avergonzaba no saber que hacer. Normalmente había regalos que llegaban solos debajo del árbol, y no simplemente por el echo de que Camila y yo sabíamos que Papá Noel no existía, si no porque ni siquiera mis padres los adquirían.
Lo descubrimos cuando teníamos ocho años, más o menos, los regalos venían directamente de la tienda encargados por nuestra nana. Al principio dolió un poco y finalmente dejo de importar si había regalos ahí o no, nunca estábamos en casa todos o no teníamos el suficiente tiempo para perderlo en una estúpida cena.
Pero ahora era distinto, tenía tiempo, el dinero y la emoción requerida para estar aquí por Camila y por Betty. No había Nana a la cual pedirle los regalos porque yo mismo iría a la gran tienda por ellos y eso me aterraba. Siempre recibí cosas básicas, cosas escolares, calcetín y tal vez un nuevo saco para la escuela extranjera, pero ahora ¿Que debía comprar?
Me pare por medía hora observando los juguetes para niños pequeños, había tantos; distintos colores, tamaños e interacciones y me sentí bastante tonto con las manos llenas de cada uno de los juguetes más recientes. No sabía que es lo que quería Camila realmente, bueno ella solo tiene once meses apenas, ella no dice mucho... solo babea, dice papá, mamá y alza los brazos.
—¿Buscaba algo en particular?— Me sobresaltó y jugueteo con una de las cajas en mis brazos para que no caiga al suelo.
—Yo emmm si, bueno- en realidad- no lo sé.— Digo derrotado. La señorita sonríe y se acerca un poco más.
—¿Niña o niño?— Pregunta.
—Niña, mi hija.— Digo con una sonrisa.
—¿Que edad tiene?— Ella vuelve a preguntar evaluando la elección de mis brazos.
—Once meses tan solo.— Miro mi propia elección de juguetes, tal vez... si necesite ayuda.—Soy papá primerizo... si cree que soy un idiota.— Digo apresuradamente.
—Por supuesto no y es mi trabajo ayudarlo, permítame.— Retira los juguetes de mis brazos.
Me menciona porque algunas de mis elecciones no son adecuadas y tiene sentido. Algunas son para niños más grandes por el número y tamaño de las piezas, así que algunas de mis opciones se descartaron, hasta que dejamos las más llamativas para su edad y decidí llevarme todo, no iba a escatimar en los regalos de mi hija.
Posteriormente decidí que debía buscar algo para Betty, pero... no sabía que sería apropiado. Ella no era una mujer común que sería feliz con algún electrodoméstico o algo parecido, así que me senté sobre la banca de descanso mientras organizaba mis ideas.
Ahora entendía porque mamá y papá dejaban esto a la Nana, es increíblemente difícil y agotador pensar que regalo sería perfecto para la familia. Me llevé mis dedos al puente de la nariz y bufé, no era estúpido o al menos no tanto y no era posible que no pudiera con navidad.
°
Había envuelto los regalos yo mismo y acomodado todo debajo del árbol tan bien como pude, además de decorarlo y colocar algunas series con luces en el porche. Le había pedido amablemente a mi suegra, doña Julia que llevará a Betty y a Camila después del trabajo por un helado como cualquier abuela cariñosa normal, para que me diera tiempo de hacer todo esto. Ella misma me había ayudado con los preparativos de la cena ya que Betty me había comentado que estaba emocionada por esta fecha aunque temía no tener el tiempo para esto.Cuando escuche la puerta de la casa, me puse bastante nervioso, me sentía extraño parado ahí con un suéter tan navideño, miré una vez más todo y parecía que no había nada fuera de lugar.
—¿Amor?— Escuché la voz de Betty en mi búsqueda y me apresuré a ella cuando entro a la sala y vió el árbol. Su sonrisa se ensanchó y Camila balbuceó contenta agitando sus brazos hacía mí y rápidamente la tomé en mis brazos.—Armando- esto es...— La miré con el labio entre los dientes.
—¿Malo? ¿Innecesario? ¿No te gusta mi Betty? Yo- puedo quitar todo, si tú quieres -— Ella no dijo nada y me abrazó.
—Maravilloso Armando, es maravilloso.— Beso mi mejilla.
La cena había sido un éxito delicioso y doña Julia me dió crédito por ser su pinche. Don Hermes habló durante varias horas sobre la familia y lo lindo que sentía que nos reuniéramos así, además de contar algunas historias sobre sus navidades en familia lo que encontré bastante cálido y satisfactorio de oír. Cuando fué mi turno de contar este tipo de historias y anécdotas, me sentí avergonzado de exteriorizar el hecho de que no había, no había grandes historias. Solo fechas vacías, dónde Camila y yo estábamos solos, o dónde solo recibíamos una carta comprada de algún supermercado, no creí correcto mencionarlo, así que tome la mano de Betty y la presioné.
—Quiero hacer un brindis... por la hermosa familia que hemos formando.— Mire a Don Hermes y a Betty posteriormente con Camila en su regazo.
—Un Pinzón más.— Dijo Don Hermes alegre.
°
Camila ya estaba dormida cuando la recosté sobre su cuna, la arropé y besé su frente antes de irme. Betty estaba frente a su tocador quitándose los broches de su cabello y dejándolo suelto sobre su espalda, me gustaba así, amaba sus rizos rebeldes, aún más en la mañana.—Armando.— Dijo suavemente y me giré hacía ella.
—¿Que pasa mi amor?— Pregunté detrás de ella, quitándome los zapatos y aflojando el nudo de la corbata.
—Gracias por esta noche mi amor, fué y es encantadora.— Ví su sonrisa en el reflejo y decidí que este era mi regalo, su felicidad.— Te amo Armando.— Me acerqué a ella por detrás y me incliné para besar su mejilla.
— Y yo a ti mi Betty y- me da gusto que todo esto haya salido tan bien, que tú familia haya estado a gusto y la sonrisita de Camila.— Dije emocionado. Betty rió divertida— Estaba algo nervioso.— Admití. Se dió vuelta para tomar mis manos.
—Me di cuenta de eso, amor.— Me miró a los ojos.— ¿Está todo bien?— Sus manos subieron a mi pecho y sus grandes ojos me veían suplicando la verdad.
Betty me conocía perfectamente bien, sabía que botones presionar conmigo, sabía que me molestaba y cuando algo no estaba del todo bien y yo la amaba por eso, ella me salvó y lo hace aún.
Le conté todo, los detalles de mis navidades pero que no quería que esos recuerdos tristes y sombríos arruinaran las de ellas, así que decidí hacer lo que no tuve antes. Le expresé cómo me sentía con estás fiestas, en realidad me daban igual hasta ahora, que ya no era lo mismo, había pasado de página desde el día que admití estar enamorado de ella, y aún más con nuestra boda y el nacimiento de Camila. Yo quería ser distinto, llenarlas de buenos recuerdos.
Ella besoymis mejilla y me escuchó atentamente sin dejar de tomar mis manos y me sentí mejor con ello.
—No tenía idea Armando, eso debió ser algo- duro.— Dijo al terminar.
—Al principio lo fué, pero ya ni importa Betty, por qué puede ser distinto.— Le dije con entusiasmo.
—Será distinto mi amor, somos tu familia ahora y nunca más dejaré que te sientas de otra manera que no sea bien y feliz.— Dijo abrazándome y cayendo sobre la cama.
—Siempre salvandome, ¿No es así, mi Betty?— Tomé su barbilla y la besé profundamente.
Hello There.
Yo sé que navidad ya pasó, y de echo "Feliz año nuevo" pero, aquí siempre hay retrasos.
Con la.premisa de que Armando siempre tuvo una vida de mierda hasta que llegó Betty, si, con eso.
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One Shot's los que guste y mande.
FanfictionSon historias cortas, variadas de cualquier categoría. Ninguna tiene continuación u orden en específico. A darnos vuelo.