101 Vaselina.

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Ana, Jorge, Natalia, Lorna, Julián y otros tantos de jóvenes rebeldes habían juntado todo el dinero de sus cumpleaños, mesadas y algunos trabajos insignificantes para poder pasar las vacaciones en un cabaña cerca del lago; después de todo la mayoría tenía entre 18-20 años, no era un error dejarlos salir solos, e iban muy bien acompañados.

Se habían montado en cuatro autos y manejado unas tres horas y media, pero valió totalmente la pena.

Bajaron de los vehículos y miraron el lugar, llenando sus pulmones de aire puro y fresco. El lago se extendía por unos quince kilómetros, toda la orilla estaba adornada con pinos enormes y algunos otros árboles, así como arbustos y helechos.

Los chicos se habían situado en una cabaña y las chicas en otro, la mayoría eran pareja excepto Jorge y Ana, que siempre habían estado tan cerca de ser algo más que amigos pero sin concretar, lamentablemente.

—¡Tienes que decirle!— Gritó Julián dándole un empujón a Jorge.

—¿Que?— Se devolvió Jorge a mirarlo.

Julián tenía los brazos cruzados, Julio los ojos en blanco y Ricardo sonrió y negó con la cabeza, todos lo sabían.

—Todos sabemos que te mueres por él, Ana.— Dijo Lorna con fuerza.

Ana se tomó los dedos y jugueteo con ellos.

—No puedo decirle... yo, moriré de la vergüenza.— Contestó Ana con las mejillas rosas.

Todas bufaron y se cruzaron de brazos.

—¡Ay, por favor! ¡No sea cobarde, hermano!— Ricardo se acercó y lo tomó de los hombros.— ¿Acaso no se muere por ella?— Todos rieron al ver el estado de vergüenza de Jorge. Rojo hasta las orejas.

—Si... pero, ¿Que le voy a decir?— Jorge comenzó a tartamudear.— Ni siquiera puedo acercarme a e-ella...

—¡Es vergonzoso!— Gritaron ambos.

—Daré un paseo, necesito aire fresco.—Ana tomó su suéter del perchero y salió sin oír

Para Ana era imposible acercarse a Jorge, no porque no quisiera simplemente que le daba demasiada pena y vergüenza estar cerca de él, han sido amigos desde años atrás, bastantes pero siempre había pequeñas cosas tontas por las que nunca se habían acercado más y más, y ahora estaban a dos semanas de probablemente no volver a verse, Ana iría a una escuela lejos de Bogotá y no sabía si volvería.

Se deshizo de su pantalón deportivo y sudadera y entro al agua. Estaba tibia y fué agradable al contacto de la piel caliente de ella.

Está era su última oportunidad ¿No es así? Pensó Jorge mientas pateaba una roca cerca de la orilla del lago, escuchó el chapoteo pero este fué uno más profundo así que alzó la vista, la chica que durante este tiempo había estado en sus pensamientos estaba justo enfrente de él, con ropa interior a la luz de la luna, quedó paralizado y atónito.

—¿Jorge?— Ella gritó.

Hello There.

Traté de hacer esa escena en Vaselina, cuando las chicas y los chicos hablan en lugares distintos pero las respuestas de la pareja protagonista se junta jaja, no le salió.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora