95 Fallen.

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La misión en Mortis era bastante importante, sin ningún sol y ubicada en el Sistema Chrelythiumn, era un tanto raro, frío y obscuro. En los archivos del templo resguardados por la maestra Jocasta, se decía que la Fuerza provenía de ese lugar, pero no necesariamente el lado luminoso de esta.

Al llegar ahí, era claro el impacto que había sobre Jorge como sensible, el lado luminoso reinaba tanto como el obscuro.

—Muy bien Rex, debemos comenzar con este juego.— Sonrió ante el comandante clon.

—Por supuesto general.— Rex sonrió y abrió la escotilla principal.

La misión constaba de revisar Mortis, parecía fácil, pero ya aquí... Jorge comenzó a sentir algo que, equivocadamente decidió ignorar.

Caminaron por los alrededores de Mortis con sumo cuidado y atención, la Fuerza susurraba sin parar, pero nuevamente él no prestó atención

Entró a un lugar más frío que los demás, las articulaciones le dolían y miró hacía los lados en busca de Rex, pero él no estaba ahí.

—¿Rex? ¿Puedes escucharme? — Recibió el eco de su propia voz y un silencio sepulcral posteriormente.

Seguió avanzando frenéticamente, comenzo a perder la paciencia y eso no estaba nada bien, no sabía era lo que ocurría pero un dolor mental lo golpeó tirándole al suelo.

—Todo esto no está pasando.— Se repetió una y otra vez.— Respira, respira, todo está en la Fuerza.— Continúo exhalando el aire para tratar de calmar el ritmo cardíaco.

Había un bloqueo en su mente y no lo dejaba acceder a la Fuerza para poder dejar ir sus emociones; de pronto su mente se llenó de obscuridad, de temor y de odio, sabía que no era real, que todo esto era producto de Mortis y su falta de meditación pero su mente estaba sediendo al miedo.

Tomó su cabeza entre las manos e imágenes rápidas pasaban, demasiado rápidas para que el pudiera identificarlas, además de gritos, gritos desesperados, gritos de odio y de miedo.

—¡Ya basta!— Gritó con fuerza y entonces todo se detuvo.

Sudaba demasiado, el corazón estaba acelerado y por alguna razón sus extremidades inferiores no respondían como debían.

—Es tu destino...— Una voz retumbó a lo lejos.— Vamos Jorge, ¿Por qué no lo aceptas? Acepta que eres un Jedi miedoso.— Continúo la voz.

—Es solo Mortis, solo es Mortis.— Cerró sus ojos con fuerza y trató de encontrar su centro, pero seguía bloqueado.

—Sabes que no es verdad.— Se oía más cerca.

—No permitiré que me corrompas.— Dijo con los dientes apretados.

—Pero ya lo estás, caballero Abello.— Rió.— ¿Que hay de ese apego tuyo?— Tragó saliva y se tensó aún más.— ¿No está prohibido para ustedes, escoria Jedi?— Siguió riendo.

—¡Jamás he roto las reglas!— Gritó exasperado.

—¡Pero te mueres por hacerlo! ¡La deseas! ¿La amas, no es así? La joven Orozco.— Cerró los ojos nuevamente enfocándose en cualquier cosa que no fuese este momento.

—No. Ella es como una hermana para mí, solo eso.— Dijo con calma, respiró y respiró una vez más, lo más profundo que pudo.

—¿Y que me dices de tu repulsión por la orden?— La voz era más fuerte y parecía estar en todos lados al mismo tiempo.

El dolor de cabeza regreso y cayo de rodillas, las escenas de imágenes corrieron por su mente pero bajaron la velocidad hasta que pudo ver cada una de ellas e identificarlas.

One Shot's los que guste y mande.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora